En un mundo lleno de voces y opiniones diversas sobre la fe y la espiritualidad, la lectura de la Biblia se convierte en una brújula vital para discernir entre la verdad y la herejía. Aquellos que no se sumergen en las Escrituras corren el riesgo de confundir las interpretaciones humanas con la voz auténtica de Dios.
La Biblia nos advierte sobre la importancia de discernir las enseñanzas espirituales. En 1 Juan 4:1, se nos exhorta: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” Este versículo nos insta a examinar críticamente las enseñanzas que encontramos, midiendo su veracidad con la Palabra de Dios.
La lectura constante de la Biblia nos fortalece espiritualmente y nos protege de caer en la trampa de la herejía. En Proverbios 2:1-5, se nos dice: “Hijo mío, si recibieres mis palabras, y escondieres mis mandamientos contigo, para hacer estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.” La búsqueda diligente de la sabiduría divina a través de la lectura de la Biblia nos capacita para reconocer y rechazar las falsas enseñanzas que se cruzan en nuestro camino.
Por otro lado, aquellos que descuidan la lectura de la Biblia corren el riesgo de ser arrastrados por la corriente de la herejía. En Efesios 4:14, se nos advierte: “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.” Sin una base sólida en la Palabra de Dios, somos susceptibles a ser influenciados por las interpretaciones erróneas y engañosas de otros.
En conclusión, la lectura de la Biblia es esencial para evitar la confusión entre la herejía y la voz de Dios. Al sumergirnos en las Escrituras, desarrollamos un discernimiento espiritual que nos capacita para distinguir la verdad de las falsas enseñanzas. En un mundo lleno de voces contradictorias, la Biblia sigue siendo nuestra roca firme y nuestra guía confiable hacia la verdad espiritual.
