Sermon'e

en July 31, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Familias que dan frutos & libros 1 Samuel, 3 Juan, Hechos de los apóstoles, Juan, Romanos.

La prosperidad del alma

Nos reunimos para reflexionar sobre un tema que a menudo se pasa por alto en nuestras ocupadas vidas: la prosperidad del alma. En 3 Juan 1:2, el apóstol Juan escribe: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Este versículo nos muestra la importancia de cuidar no solo nuestro bienestar físico y material, sino también nuestro bienestar espiritual. Para profundizar en este tema, consideremos algunas historias bíblicas que nos muestran cómo la prosperidad del alma se manifiesta en la vida de los creyentes. Las tres facultades del alma son la mente, que son las cosas que pensamos, la mente esta muy conectada a la fe, las emociones son lo que sentimos, y la voluntad son las cosas que hacemos. Debemos cuidar nuestra alma ya que el enemigo puede accesar a nosotros mediante el alma, por eso debemos tener prosperidad del alma para que asi desde el pensamiento este cautivo al señor, Cristo y no pueda entrar el enemigo en pensamiento, en voluntades, pero debemos entregarle a Dios todos nuestros pensamientos cautivos. Cuidar el Alma: La Historia de Ana (1 Samuel 1:1-28) En el primer libro de Samuel, encontramos la historia de Ana, una mujer que enfrentó el dolor de la esterilidad. Ana era una mujer piadosa que, a pesar de su sufrimiento, no dejó de buscar a Dios. Su alma estaba afligida, pero su fe y esperanza en el Señor la llevaron a orar fervientemente. Dios escuchó su clamor y le dio un hijo, Samuel. Esta historia nos enseña que la prosperidad del alma no se mide por la ausencia de problemas, sino por nuestra capacidad de mantener la fe y la esperanza en medio de las dificultades. La Prosperidad del Alma y la Generosidad: Cornelio (Hechos 10:1-4) En Hechos 10, encontramos a Cornelio, un centurión romano que era conocido por su devoción a Dios y su generosidad hacia los necesitados. Aunque no era judío, su alma prosperaba porque vivía una vida de obediencia y amor. Dios reconoció su corazón y envió a Pedro para llevarle el mensaje de salvación. La historia de Cornelio nos muestra que una alma próspera es aquella que vive en obediencia a Dios y se preocupa por el bienestar de los demás. Paz en Medio de la Tribulación: Las Palabras de Jesús (Juan 16:33) En Juan 16:33, Jesús nos dice: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Jesús nos promete paz en medio de las tribulaciones. La verdadera prosperidad del alma se manifiesta en la paz que sentimos, sabiendo que, a pesar de las dificultades, Jesús ha vencido al mundo. Esta paz nos permite enfrentar cualquier situación con confianza y serenidad. La Bendición de la Fe: La Familia de Samuel (1 Samuel 2:17-21) Después del nacimiento de Samuel, Ana continuó cumpliendo su promesa de dedicar su hijo al Señor. Su fe no solo llevó a la prosperidad de su alma, sino también a la bendición de su familia. Dios le dio más hijos e hijas, demostrando que la prosperidad del alma a menudo lleva a bendiciones tangibles en nuestras vidas. La fidelidad y el compromiso de Ana con Dios no solo trajeron gozo a su corazón, sino también abundancia a su hogar. La Fidelidad de Dios (Romanos 11:1) En Romanos 11:1, Pablo nos recuerda la fidelidad de Dios hacia su pueblo: “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.” Dios es fiel y nunca nos abandona. La prosperidad del alma se basa en esta verdad fundamental: somos amados y cuidados por un Dios fiel. Al cultivar nuestra relación con Él, experimentamos una prosperidad que trasciende lo material y lo temporal. En hebrero 11:1 nos dice pues la fe es la certeza de lo que se espera, es porque aun no hay nada en lo material, y tener la convicción de lo que no se ve, la fe es tener la convicción de que hay esta lo que no es natural lo saque Dios, porque el justo vivira no por vista, si no por fe. Queridos hermanos y hermanas, que busquemos siempre la prosperidad de nuestras almas, sabiendo que al hacerlo, estamos alineándonos con la voluntad de Dios para nuestras vidas. Que la paz, el amor y la fidelidad de Dios llenen nuestros corazones hoy y siempre. Amén.

en July 28, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, Especial, in temas el espíritu y el alma, Familias que dan frutos, Mes de la familia & libro Salmos.

Familias bienaventuradas

Vamos a reflexionar sobre un tema fundamental para nuestra vida y nuestra sociedad: la familia. Basaremos nuestra meditación en dos pasajes complementarios: Salmos 127:1-5 y Salmos 128:1-4. Estos versículos nos brindan una visión hermosa y completa de lo que significa ser una familia bienaventurada. 1. El fundamento divino de la familia “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmos 127:1). Este versículo nos recuerda que Dios debe ser el arquitecto y protector de nuestras familias. Sin Su guía y protección, todos nuestros esfuerzos son en vano. Una familia bienaventurada reconoce la necesidad de depender de Dios en todas las áreas de su vida, permitiendo que Él sea el fundamento sobre el cual se construye todo. 2. Temor y obediencia a Dios: La base de la bendición “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos” (Salmos 128:1). El temor a Dios y la obediencia a Sus caminos son esenciales para recibir Sus bendiciones. Este respeto profundo y reverencia hacia Dios se manifiestan en nuestras decisiones y acciones diarias. Una familia bienaventurada pone a Dios en el centro y sigue Sus enseñanzas, asegurándose de estar en el camino de la bendición. 3. El fruto del trabajo: Prosperidad y satisfacción “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien” (Salmos 128:2). Dios promete bendecir el trabajo honesto y diligente. En una familia bienaventurada, cada miembro comprende el valor del esfuerzo y contribuye con su trabajo. Esto no solo trae prosperidad material, sino también una profunda satisfacción y un sentido de logro. Es una bendición disfrutar del fruto de nuestro trabajo, sabiendo que viene de la mano de Dios. 4. La bendición de la familia: Unidad y alegría “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa” (Salmos 128:3). Este versículo pinta una imagen hermosa de una familia unida y fructífera. La esposa es comparada con una vid fructífera, simbolizando alegría y vitalidad. Los hijos, como plantas de olivo, representan paz y estabilidad. En una familia bienaventurada, cada miembro florece en su rol, contribuyendo a una atmósfera de amor y unidad. 5. La herencia de los hijos: Bendición y defensa “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta” (Salmos 127:3-5). Los hijos son una herencia y una bendición de Dios. Son como flechas en manos de un guerrero, representando fuerza y defensa. Un hombre que tiene muchos hijos es bendecido y tiene respaldo y honor en la comunidad. Los hijos no solo traen alegría al hogar, sino que también contribuyen a su fortaleza y estabilidad. 6. La promesa de la bendición generacional “He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová” (Salmos 128:4). El salmista reafirma la promesa de bendición para aquellos que temen al Señor. Esta bendición no solo se experimenta en la vida presente, sino que se extiende a futuras generaciones. Una familia que vive bajo el temor de Dios establece un legado de fe y bendición que impacta a sus descendientes.   En resumen, una familia bienaventurada es aquella que reconoce a Dios como el fundamento y protector de su hogar, vive en temor y obediencia a Sus caminos, valora el trabajo diligente, mantiene la unidad y la alegría, y deja un legado de fe para las futuras generaciones. Reconociendo a los hijos como una herencia de Dios, comprendemos su importancia en la fortaleza y estabilidad del hogar. Que cada uno de nosotros aspire a construir hogares que reflejen estas verdades, confiando en las promesas de Dios y esforzándonos por vivir según Sus caminos. Que Dios nos bendiga a todos y nos ayude a ser familias bienaventuradas. Amén.

en July 28, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas Familias que dan frutos, Mes de la familia & libros Lucas, Mateo, Salmos.

El poder de la familia

Hermanos y hermanas. Hablaremos de algo muy cercano a nuestros corazones: la familia. En la vorágine del día a día, a veces olvidamos el inmenso poder y la bendición que reside en nuestro hogar. En Salmos 128:1-5, encontramos una hermosa descripción de las bendiciones que Dios derrama sobre aquellos que temen al Señor y siguen sus caminos, bendiciones que se reflejan directamente en la vida familiar. I. La Familia como Fuente de Bendición (Salmos 128:1-5) Bendición Personal: “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.” (Salmo 128:1). La bendición comienza con nosotros, individualmente, cuando tememos y obedecemos a Dios. Este temor no es miedo, sino un profundo respeto y amor hacia nuestro Creador. Cuando colocamos a Dios en el centro de nuestras vidas, experimentamos una paz y una alegría que se reflejan en todo lo que hacemos. Bendición en el Trabajo: “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.” (Salmo 128:2). ¿Quién no desea ver fruto en su trabajo? Dios promete que si seguimos sus caminos, veremos prosperidad en nuestros esfuerzos. Esta bendición no es solo material, sino una satisfacción profunda al saber que lo que hacemos tiene propósito y valor. Bendición en el Hogar: “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.” (Salmo 128:3). ¿Alguna vez han observado una vid? Está llena de vida, de fruto, de belleza. Así describe Dios a nuestras familias. Nuestra esposa, nuestros hijos, son regalos preciosos de Dios, llenos de potencial y bendición. Bendición Nacional: “He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida.” (Salmo 128:4-5). La bendición de Dios comienza con el individuo, se extiende a la familia, y luego a la comunidad y la nación. Cuando vivimos conforme a los caminos de Dios, nuestras vidas impactan a otros, creando una ola de bendición que puede transformar sociedades enteras. II. Ejemplos Bíblicos del Poder de la Familia (Lucas 1:5-20) La Familia de Zacarías y Elisabet: En Lucas 1:5-20, encontramos la historia de Zacarías y Elisabet, una pareja que, a pesar de su edad avanzada y la ausencia de hijos, permaneció fiel a Dios. Dios respondió a sus oraciones y les bendijo con un hijo, Juan el Bautista. Esta historia nos recuerda que Dios escucha las oraciones de nuestras familias y actúa en su tiempo perfecto. La Promesa de Dios: El ángel Gabriel le dijo a Zacarías que su oración había sido escuchada. Imaginen la emoción y la incredulidad de Zacarías. Esto nos muestra que no debemos subestimar el poder de la oración familiar. Dios siempre escucha y responde, aunque a veces su respuesta llega en formas y tiempos inesperados. III. La Familia en la Comunidad de Fe (Mateo 18:18-20) El Poder de la Unidad: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:20). La presencia de Dios se manifiesta en la unidad. Cuando nos reunimos en familia para orar, estudiar la Biblia, o simplemente para compartir, Dios está en medio de nosotros. Esta es una promesa poderosa que nos invita a cultivar la unidad y la comunión en nuestros hogares. La Autoridad Espiritual: “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” (Mateo 18:18). Dios nos ha dado autoridad espiritual en nuestras familias. Podemos orar por nuestras necesidades, interceder por otros y ver cómo Dios actúa en respuesta a nuestra fe. Queridos hermanos y hermanas, el poder de la familia es inmenso cuando colocamos a Dios en el centro. La bendición de Dios fluye desde el individuo, a través de la familia, y se extiende a toda la comunidad. Que hoy podamos renovar nuestro compromiso de temer a Dios, de caminar en sus caminos y de cultivar la unidad y la oración en nuestros hogares. Recordemos que nuestras familias son un reflejo del amor y la bendición de Dios. ¡Que el Señor bendiga nuestras familias hoy y siempre!

en July 24, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Familias que dan frutos & libro Colosenses.

Familias Firmes, Unidas y con Propósito

Queridos hermanos y hermanas.  Es fundamental para todos nosotros: la familia. En un mundo que a menudo nos empuja en diferentes direcciones, es esencial recordar la importancia de tener familias firmes, unidas y con propósito. Veamos juntos lo que la Biblia nos enseña sobre cómo lograr esto. 1. El Rol de Cada Miembro en la Familia Comencemos con el texto principal de hoy, Colosenses 3:18: “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor”. Esta instrucción no es sobre sumisión ciega, sino sobre una relación basada en el respeto y el amor mutuo. En el mismo capítulo, Pablo también nos llama a los maridos a amar a sus esposas y a no ser duros con ellas, y a los padres a no exasperar a sus hijos para que no se desalienten (Colosenses 3:19, 21). Es un llamado a cada miembro de la familia a cumplir su rol con amor y respeto, siguiendo el ejemplo de Cristo. 2. Comunicación Honesta y en Amor Efesios 4:15-16 nos recuerda la importancia de “hablar la verdad en amor” para crecer en todo sentido. La comunicación es la clave para mantener una familia unida. No se trata solo de hablar, sino de escuchar y comprender a cada miembro. Cuando enfrentamos problemas o desacuerdos, debemos abordarlos con amor y buscar soluciones que fortalezcan nuestra unidad. 3. El Perdón como Fundamento Efesios 4:32 nos dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Ninguna familia es perfecta; todos cometemos errores. Pero el perdón es el pegamento que mantiene unida a la familia. Aprendamos a perdonarnos mutuamente, siguiendo el ejemplo del perdón que hemos recibido de Dios. 4. Construyendo sobre un Fundamento Sólido Salmos 127:1-2 nos recuerda que “si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”. Debemos construir nuestras familias sobre el fundamento de Dios. Esto implica orar juntos, leer la Biblia juntos y buscar Su guía en cada decisión que tomamos. Al hacerlo, aseguramos que nuestra familia esté firmemente arraigada en principios eternos. 5. La Unidad en la Diversidad 1 Corintios 1:10 nos exhorta a estar “perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer”. Aunque cada miembro de la familia es único y tiene diferentes dones y perspectivas, debemos esforzarnos por mantener la unidad. Esto significa valorar y respetar las diferencias, y trabajar juntos hacia metas comunes. 6. La Oración como Pilar Fundamental 1 Tesalonicenses 5:17 nos exhorta a “orar sin cesar”. La oración debe ser un pilar fundamental en nuestras familias. Al orar juntos, no solo buscamos la guía de Dios, sino que también fortalecemos nuestros lazos y mostramos nuestra dependencia de Él Dios nos ha dado un modelo para construir familias firmes, unidas y con propósito. Siguiendo Su palabra y Su ejemplo, podemos superar los desafíos que enfrentamos y ser una luz para el mundo. Que cada uno de nosotros se comprometa a vivir estos principios en nuestros hogares, para que nuestras familias reflejen el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

en July 21, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas Familias que dan frutos, Mes de la familia & libros 1 Samuel, Efesios, Génesis.

Hijos, Jóvenes fuertes

Querida comunidad, Hoy vamos a hablar sobre un tema muy importante: nuestros hijos y los jóvenes, y cómo deben ser fuertes en la voluntad de Dios. Vamos a basarnos en el Salmo 128:1-5, que nos habla de la bendición de aquellos que temen al Señor y siguen sus caminos. Tres cualidades de los hijos que están en la voluntad de Dios: 1. Jóvenes fuertes. En 1 Juan 2:12-13, leemos que Juan se dirige a los jóvenes porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ellos. Esto nos enseña que la fuerza de los jóvenes proviene de su relación con Dios y su obediencia a Su palabra. Jesús mismo seleccionó a sus discípulos jóvenes. En Mateo 17:24-27, vemos que sólo Jesús y Pedro pagaban impuestos, lo que indica que los demás discípulos eran menores de 19 años. Jesús eligió a estos jóvenes porque reconocía su fortaleza y potencial. 2. Obedientes. La obediencia es una cualidad fundamental para aquellos que desean estar en la voluntad de Dios. En Efesios 6:1-2, se nos exhorta a obedecer a nuestros padres en el Señor, porque esto es justo y trae bendición. La obediencia no solo honra a nuestros padres, sino que también agrada a Dios y nos mantiene en Su camino. 3. No amar las cosas del mundo. En 1 Juan 2:15-17, se nos advierte sobre el peligro de amar al mundo y las cosas que están en él. Los hijos de Dios deben ser diferentes. Debemos enseñarles a nuestros jóvenes a no dejarse llevar por las cosas del mundo, sino a buscar primero el reino de Dios y Su justicia. Ejemplos bíblicos de la desobediencia y sus consecuencias: En 1 Samuel 2:12, vemos a los hijos de Elí, que eran hombres impíos y no conocían al Señor. Sus malas acciones llevaron a la ira de Dios sobre su familia. En 1 Samuel 2:17, su pecado era grande delante del Señor, porque menospreciaban las ofrendas del Señor. Finalmente, en 1 Samuel 2:22-24, Elí confronta a sus hijos por sus malas acciones, pero ya era demasiado tarde y su destino estaba sellado. Queridos hermanos, es vital que inculquemos en nuestros hijos y jóvenes estas cualidades: ser fuertes en el Señor, obedientes a sus padres y no amar las cosas del mundo. Solo así podrán vivir una vida plena y en la voluntad de Dios. Que Dios les bendiga y guíe en este propósito.

en July 14, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Familias que dan frutos & libros Lucas, Proverbios.

La mujer sabia es la empoderada

Querida congregación, hoy meditaremos sobre la sabiduría y el empoderamiento de la mujer desde una perspectiva bíblica. Reflexionaremos sobre cómo la sabiduría no solo fortalece a las mujeres, sino que también las empodera para ser pilares fundamentales en sus hogares y comunidades. En Proverbios 14:1 leemos: “La mujer sabia edifica su casa, mas la necia con sus manos la derriba.” Este versículo destaca el poder que tiene una mujer sabia en la construcción de su hogar. La sabiduría, aquí, no se refiere solo al conocimiento intelectual, sino a una comprensión profunda y práctica de la vida. Una mujer sabia es aquella que toma decisiones basadas en principios sólidos y en el temor de Dios. Ella entiende la importancia de la paz, la armonía y el amor en el hogar, y trabaja diligentemente para cultivarlos. Las tres caracteristicas de una mujer es ser sabia, sabia y más sabia para dirigir su casa con poder. Veamos también el ejemplo de mujeres en el Nuevo Testamento. En Lucas 8:1-3, encontramos a Jesús acompañado por sus discípulos y un grupo de mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y enfermedades: María Magdalena, Juana, mujer de Chuza, intendente de Herodes, y Susana, entre otras. Estas mujeres no solo seguían a Jesús, sino que también lo apoyaban con sus bienes. Aquí vemos un claro ejemplo de empoderamiento: mujeres que, habiendo encontrado libertad y sanidad en Cristo, deciden servir y sostener el ministerio del Maestro. Este acto de apoyo es una demostración de su sabiduría y compromiso. Ahora, miremos Proverbios 31:10-31, el famoso pasaje de la “mujer virtuosa”. Este texto describe a una mujer llena de fuerza, dignidad y sabiduría. Es industriosa, comerciante, y provee para su familia con amor y dedicación. Su valor es comparado con piedras preciosas. Su sabiduría se manifiesta en cada aspecto de su vida, desde su habilidad para manejar las finanzas del hogar hasta su cuidado por los necesitados. Es una líder en su comunidad, respetada y admirada por todos. La mujer virtuosa tiene estas tres caracteristicas: da paz, relación intima con su familia y su belleza. La mujer sabia es verdaderamente empoderada. Su empoderamiento no proviene solo de su posición social o de sus logros externos, sino de su íntima relación con Dios, su comprensión profunda de la vida y su capacidad para influir positivamente en su entorno. Ella edifica su hogar, apoya el ministerio de Cristo y es una figura de fortaleza y dignidad en su comunidad. Invito a todas las mujeres aquí presentes a buscar esa sabiduría y voluntad de Dios, a ser mujeres que edifican y no destruyen, que apoyan y no desaniman, que lideran con amor y sabiduría. Así, cada una de ustedes será un reflejo de la mujer virtuosa descrita en Proverbios, una verdadera mujer sabia y empoderada. Amén.