En la cuarta parte de la serie “El Apocalipsis Desvelado”, se exploran los mensajes a la iglesia de Tiatira descritos en Apocalipsis 2:18-28. En este pasaje, Cristo, con ojos como llama de fuego y pies de bronce bruñido, reprende a la iglesia por tolerar falsas doctrinas y falta de integridad. A pesar de sus buenas obras y amor creciente, Tiatira permite a Jezabel enseñar y seducir a sus miembros hacia la idolatría y la inmoralidad. La advertencia es clara: Dios ve y juzga el pecado, pero también ofrece la oportunidad de arrepentimiento.
Efesios 5:13 se destaca para enfatizar la necesidad de exponer el mal, iluminándolo con la luz de la verdad. Así, se recuerda a los creyentes la importancia de no ser cómplices del pecado, sino de mantener la pureza y la obediencia a los principios de Cristo. El llamado es a ser luz y sal en medio de una sociedad que a menudo se desvía de la verdad.
En 2 Pedro 3:9, se resalta la paciencia de Dios, quien no quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento. Esto muestra que, aunque la justicia divina es inminente, el Señor brinda tiempo y oportunidades para la restauración. Es un recordatorio de su inmensa misericordia y amor por la humanidad.
Finalmente, Apocalipsis 22:16 enfatiza que Jesús es la Raíz y el Linaje de David, la brillante estrella de la mañana, dando esperanza a los fieles. Aquellos que vencen recibirán la “estrella de la mañana”, que simboliza la cercanía y la promesa de Cristo para quienes perseveran en fe y obediencia. La invitación es a mantener la firmeza, a no desviarse de los caminos de Dios y a esperar en sus promesas con esperanza y fidelidad.
En resumen, la predica invita a examinar nuestras vidas y corazones, eliminar cualquier tolerancia al pecado, y mantenernos firmes en la verdad, confiando en las promesas de Cristo y en su luz que nos guía hacia la redención.