Jesús identifica a la iglesia Laodicea como “ni fría ni caliente”, sino tibia.
Fría: Representa a aquellos alejados de Dios y claramente conscientes de su condición.
Caliente: Representa a aquellos fervientes en su fe y dedicados al Señor.
Tibia: Una mezcla peligrosa de indiferencia, autosuficiencia y religiosidad superficial.
Este mensaje es un llamado urgente a la iglesia y a los creyentes a no conformarse con una fe mediocre, sino a buscar fervientemente al Señor, arrepentirse de la tibieza espiritual y vivir una vida centrada en Él.