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El hambre que tienes, revela el fruto que daras
Pasaje De La Biblia Juan 4:1
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Los frutos del espíritu & libro Juan.

El hambre que tienes revela el fruto que darás

  • Jeferson Soares
Fecha predicado December 17, 2023

Texto Base: Juan 4:1 (NVI) “Cuando Jesús se enteró de que los fariseos habían oído que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan…”

Hermanos y hermanas, en este pasaje inicial de Juan 4:1, encontramos un punto de partida intrigante para reflexionar sobre nuestras vidas espirituales. Jesús, consciente de las expectativas y críticas de los fariseos, nos enseña que el hambre que tenemos revela el fruto que daremos. Acompáñenme mientras exploramos este principio profundo y desafiante.

I. La Confrontación de Jesús:

  • Examinaremos el contexto en el que Jesús se encuentra con la creciente atención y escrutinio de los fariseos.
  • Reflexionaremos sobre cómo enfrentamos las expectativas y críticas en nuestra propia caminata espiritual.

II. El Hambre Espiritual:

  • Abordaremos la noción del hambre espiritual, destacando su importancia en el crecimiento y la madurez cristiana.
  • Animaremos a la congregación a evaluar su propio nivel de hambre espiritual y deseo de crecer en la fe.

III. La Fuente de Satisfacción:

  • Analizaremos las diferentes fuentes a las que recurrimos para satisfacer nuestro hambre espiritual.
  • Subrayaremos la necesidad de buscar la satisfacción genuina en la presencia y enseñanzas de Jesús.

IV. El Fruto de la Saciedad Espiritual:

  • Exploraremos cómo un hambre espiritual genuino produce un fruto abundante en nuestras vidas.
  • Describiremos los atributos de un cristiano cuya hambre es satisfecha por la verdad y el amor de Cristo.

V. La Misión y la Multiplicación:

  • Consideraremos cómo la saciedad espiritual nos impulsa a compartir el mensaje de Jesús con otros.
  • Desafiaremos a la congregación a asumir una misión activa y a ser multiplicadores de la fe.

    Queridos hermanos, recordemos hoy que el hambre que tenemos revela el fruto que daremos. Que nuestro deseo de conocer a Jesús, de sumergirnos en Su Palabra y de ser transformados por Su amor sea evidente en la forma en que vivimos y en el fruto que llevamos. Que nuestra saciedad espiritual no solo sea para nuestro beneficio, sino que se convierta en una fuente de vida para aquellos que nos rodean.

    “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (Mateo 5:6). Amén.

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