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La bendicion es un lgar donde se debe entrar
Pasaje De La Biblia Exodo 33:1-3
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Tomar el escudo de la fe & libro Éxodo.

La bendición no es algo que se coge, es un lugar donde se entra

  • Jeferson Soares
Fecha predicado March 24, 2024

Amados hermanos en Cristo, hoy nos reunimos para reflexionar sobre la esencia de las bendiciones. En la mayoría de los casos, tratamos de ver las bendiciones como una sustancia física que se puede tocar y sostener, pero en realidad están más allá de esos límites.

Las bendiciones son caminos hacia los reinos del ser; dimensiones del alma y del espíritu a las que sólo se puede acceder mediante una convergencia con la voluntad de Dios. El pasaje en Éxodo 33:1-3 ilustra perfectamente la verdad de este principio. Cuando Dios decide bendecir a un hombre o una mujer, no sólo les concede favor sino que también va más allá al cambiar sus destinos y sus nombres.

Esto nos muestra que ser bendecido no es algo común y corriente, sino más bien un acto de la elección de Dios que cambia nuestras vidas por completo. En los casos en que Dios allana nuestro camino con bendiciones, debemos darnos cuenta de que Él es parte de nuestras vidas.

En cambio, en ocasiones Dios puede parecer lejano o ausente de nosotros cuando atravesamos dificultades. Sin embargo, no debemos asustarnos ni creer que hemos sido abandonados, ya que es precisamente en esos momentos cuando nuestra fe se pone a prueba y aumenta. De vez en cuando, Dios nos deja solos para profundizar nuestra confianza en él, porque hay lugares a los que él no entra con nosotros y hay lugares a los que debemos entrar sólo por fe.

Por eso, queridos hermanos, no olvidemos que una bendición no es algo que deseamos con tanto ardor que estemos dispuestos a hacer casi cualquier cosa para obtenerla; más bien, es el destino del camino cuando nos entregamos de todo corazón en las manos de Dios. Que nuestros corazones y mentes individuales estén abiertos al poder y la gracia transformadores de Dios, permitiéndole mostrarnos Su camino que trae verdadera bendición. Es en Su presencia donde recibiremos lo que es inmensurable pero eterno: Su amor sin fin.

En Éxodo 34:12, encontramos estas palabras de Dios dirigidas a su pueblo: “Cuídate de no hacer pacto con los habitantes del país adonde vas, no sea que, cuando ellos se prostituyan con sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten y tú aceptes de sus sacrificios”.

Este versículo nos enseña una importante lección sobre la bendición y la fidelidad a Dios. Dios advierte a su pueblo que no hagan pactos con aquellos que no siguen su voluntad, para que no se vean arrastrados hacia prácticas que los alejen de Él. Nos recuerda que la verdadera bendición viene de permanecer en comunión con Dios y obedecer sus mandamientos.

En nuestra búsqueda de la bendición, debemos ser cuidadosos de no comprometer nuestra fe ni nuestra relación con Dios. No podemos esperar recibir la bendición divina si nos asociamos con aquellos que nos alejan de Él y nos llevan por caminos contrarios a su voluntad. Debemos mantenernos firmes en nuestra fe, confiando en que Dios nos guiará por el camino de la verdadera bendición.

Que este versículo nos inspire a ser selectivos en nuestras asociaciones y a mantenernos fieles a Dios en todo momento. Recordemos que la verdadera bendición proviene de caminar en comunión con Él y obedecer sus mandatos con amor y devoción. Que cada uno de nosotros pueda ser diligente en cuidar nuestra relación con Dios, sabiendo que en Él encontramos la plenitud de la bendición que anhelamos.

En libro de Deuteronomio 31:8, donde Dios nos dice: “El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes”.

Estas palabras son un recordatorio poderoso de la presencia constante de Dios en nuestras vidas. Nos aseguran que, en nuestro viaje hacia la bendición, no estamos solos. Dios mismo va delante de nosotros, abriendo caminos, guiándonos y protegiéndonos en todo momento. No importa cuán desafiantes sean las circunstancias, podemos confiar en que Él nunca nos abandonará.

Esta promesa nos infunde valor y esperanza en nuestro viaje de fe. Nos anima a enfrentar los desafíos con valentía, sabiendo que Dios está con nosotros. Nos libera del miedo y el desánimo, recordándonos que tenemos un Dios poderoso que lucha por nosotros y nos sostiene en todo momento.

Por lo tanto estas palabras nos fortalezcan y nos inspiren a confiar plenamente en la fidelidad y el amor incondicional de nuestro Señor. Que podamos caminar con valentía y determinación, sabiendo que Él está con nosotros en todo momento, guiándonos hacia la bendición que Él ha preparado para nosotros. Amén.

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