Esta prédica se centra en la promesa y el mandato que Dios le dio a Josué después de la muerte de Moisés. Dios le asegura a Josué que estará con él como lo estuvo con Moisés, y lo insta a ser fuerte y valiente. La clave es no desmayar ni temer, ya que Dios promete acompañarlo en cada paso de su camino. Este mensaje es aplicable a nuestras vidas hoy, animándonos a confiar en la presencia constante de Dios y a mantenernos firmes frente a los desafíos.
Debes seguir con el proceso, para ser sucesor, como lo hizo Josué fue porque estaba en la misma visión de Moisés que estaba conectado a la voluntad de Dios por la obediencia.
Debemos decidir a qué fuente conectarnos ya que si la fuente es Jesús no desmayaras, no tropezaras, porque el todo poderoso está contigo porque el señor te envió para un propoposito porque si el señor esta conmigo nadie te hará frente porque Dios no te desamparara.
Cuando Dios nos prepara es para algo grande, no para nada mediano, ni corto, hay que esforzarse y ser valiente para lo que Dios nos tiene preparado.