La prédica “Tiempo de Milagro” nos lleva a entender cómo la fe y la obediencia a la palabra de Dios generan resultados extraordinarios. En Lucas 5, Pedro muestra cómo confiar en Jesús, incluso cuando la lógica dice lo contrario, puede transformar el fracaso en una abundancia inesperada, recordándonos que los milagros suceden cuando actuamos en fe.
En Mateo 17, se enfatiza que Dios conoce nuestras necesidades y provee en el momento justo, incluso de maneras que no podemos imaginar, como con la moneda en la boca del pez, enseñándonos a depender completamente de Su provisión.
Finalmente, en Juan 21, tras la resurrección, Jesús aparece a sus discípulos para reafirmar que sigue siendo su guía y proveedor, restaurando su fe y recordándoles su llamado. Estos relatos nos enseñan que, en cualquier circunstancia, la obediencia a Dios abre la puerta a milagros y renueva nuestro propósito.