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Titulo prdicas (1)
Pasaje De La Biblia Juan 15:1-5
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in libros Efesios, Ezequiel, Juan, Lucas, Mateo & .

Una Iglesia viva en Cristo

  • Jeferson Soares
Fecha predicado June 30, 2024

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy nos reunimos bajo el amor y la gracia de nuestro Señor, para reflexionar sobre lo que significa ser una iglesia viva. Nuestro punto de partida es Juan 15:1-5, donde Jesús se presenta como la vid verdadera y nosotros como los pámpanos. Nos recuerda que solo permaneciendo en Él podemos dar fruto.

La vida de la iglesia es un reflejo de esta verdad. Estamos llamados a ser una comunidad que permanece en Cristo, y esto se manifiesta de diversas maneras.

En Efesios 4:11-16, el apóstol Pablo nos habla sobre los dones que Cristo ha dado a su iglesia: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Todos estos roles existen para edificar el cuerpo de Cristo, para que lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios. Una iglesia viva es aquella que crece en madurez espiritual, donde cada miembro utiliza sus dones para edificar a los demás. Cuando trabajamos juntos, unidos por el amor y el propósito de Cristo, nos fortalecemos mutuamente y avanzamos en nuestro camino de fe.

Lucas 10:25-35 nos presenta la parábola del buen samaritano, una enseñanza poderosa sobre el amor y la compasión. Una iglesia viva no puede estar encerrada en sí misma; debe extender sus manos y su corazón hacia los necesitados, hacia aquellos que sufren. Somos llamados a ser buenos samaritanos, a actuar con misericordia y justicia. Cuando vivimos el amor de Cristo de manera práctica, el mundo puede ver a través de nuestras acciones el poder transformador del evangelio.

En Mateo 28:18-20, Jesús nos da la gran comisión: “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. La misión de la iglesia no es estática, sino dinámica y expansiva. Somos enviados a llevar el mensaje de salvación a cada rincón del mundo. Una iglesia viva es misionera por naturaleza, comprometida en hacer discípulos y en enseñar las verdades de Cristo.

Finalmente, en Ezequiel 37:1-6, encontramos la visión del valle de los huesos secos. Dios le pregunta al profeta: “¿Podrán revivir estos huesos?”. Y ante la respuesta de Ezequiel, Dios le ordena que profetice sobre ellos, y los huesos cobran vida. Esto nos recuerda que no importa cuán secos o muertos nos sintamos, el Espíritu de Dios tiene el poder de darnos vida. Una iglesia viva es aquella que depende del Espíritu Santo, que busca su guía y su poder para renacer y revitalizarse.

Hermanos y hermanas, ser una iglesia viva significa permanecer en Cristo, edificar y ser edificados, mostrar compasión y amor, cumplir con nuestra misión y depender del Espíritu Santo. Que cada uno de nosotros busque ser un canal de vida y bendición, y juntos, como cuerpo de Cristo, reflejemos la gloria de nuestro Señor al mundo.

Que Dios nos bendiga y nos guíe en este camino de ser una iglesia verdaderamente viva. Amén.

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