Sermon'e

en October 2, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema La voluntad de Dios & libros 1 Corintios, 2 Reyes, Eclesiastés, Romanos.

La voluntad de Dios

Todos hemos enfrentado momentos en los que nos preguntamos: “¿Qué quiere Dios de mí?”. Tal vez te has sentido perdido, dudando de tus decisiones o sintiendo que estás atrapado en un ciclo de errores. Hoy, quiero hablarte sobre la importancia de entender la voluntad de Dios en nuestras vidas. La voluntad de Dios en tiempos de crisis “En aquellos días, Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice Jehová: ‘Ordena tu casa, porque vas a morir, y no vivirás.’” Este pasaje nos muestra un momento crítico en la vida de Ezequías. Se le dijo que iba a morir, y en su angustia, clamó a Dios. Dios escuchó su oración y cambió Su voluntad, extendiendo su vida. Esto nos recuerda que la voluntad de Dios no es estática; puede ser influenciada por nuestra fe y nuestras oraciones. En momentos de crisis, es natural sentir miedo y desesperanza. Pero como Ezequías, debemos llevar nuestras preocupaciones ante Dios y confiar en que Él puede cambiar las circunstancias. (2 Reyes 20:1) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…” Aquí vemos que Dios nos invita a transformarnos y a buscar Su voluntad, que es lo mejor para nosotros. (Romanos 12:2) ¿Por qué a veces no entendemos la voluntad de Dios? “Pero el hombre natural no recibe las cosas que son del Espíritu de Dios; porque para él son locura…” Imagínate intentando entender algo complicado sin tener el conocimiento necesario. Así es nuestra relación con Dios a veces. Si estamos desconectados de Su Espíritu, podemos ver Su voluntad como algo confuso o incluso ilógico. Pensemos en una situación de la vida cotidiana. Cuando estás distraído o abrumado por tus preocupaciones, es difícil escuchar la voz de Dios. Muchas veces, nos dejamos llevar por nuestras emociones y nos olvidamos de buscar Su guía.(1 Corintios 2:14) La importancia de vivir en el Espíritu Para entender la voluntad de Dios, necesitamos estar en sintonía con Él. Esto implica dedicar tiempo a la oración, a la lectura de la Biblia y a compartir con otros creyentes. Podemos recordar historias de personajes bíblicos como Abraham, quien confió en Dios cuando se le pidió que dejara su hogar. O Moisés, quien tuvo dudas, pero siguió la voz de Dios y llevó a su pueblo hacia la libertad. Su vida no fue fácil, pero ellos vivieron en comunión con Dios y siguieron Su dirección. Todas las cosas tienen su tiempo “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Hay momentos en la vida que pueden ser desafiantes, donde nos sentimos atrapados o impacientes. Pero recordar que Dios tiene un tiempo perfecto para cada cosa nos ayuda a tener paz. Comparte una experiencia personal sobre esperar la respuesta de Dios en una situación difícil, y cómo al final todo se reveló en el tiempo correcto. (Eclesiastés 3:1-8) La voluntad de Dios tiene niveles  La voluntad de Dios se describe como buena, agradable y perfecta. Buena: Lo que nos beneficia y nos guía en el camino correcto. Agradable: Lo que nos trae alegría y satisfacción en la vida. Perfecta: El gran plan de Dios que abarca nuestras vidas. Puedes ilustrar esto con ejemplos cotidianos. A veces, lo bueno no es lo mismo que lo agradable, y no siempre entendemos lo perfecto hasta que miramos hacia atrás. Hoy, te animo a que busques activamente la voluntad de Dios en tu vida. Pregúntale qué desea para ti y escúchalo. La respuesta puede no ser inmediata, pero el simple acto de buscarlo transforma nuestras vidas. Oremos juntos para que Dios nos abra los ojos y los corazones para entender Su voluntad, y para que nos ayude a vivir en el Espíritu, guiados por Su amor y propósito.

en September 29, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas Mes de la sabiduría, Septiembre mes de la sabiduría & libros Eclesiastés, Proverbios.

El Sabio Usa Bien las Palabras

Las palabras son poderosas. Con ellas, podemos construir o destruir, animar o desanimar, bendecir o maldecir. La Biblia nos enseña la importancia de usar bien nuestras palabras, porque de ellas depende muchas veces la calidad de nuestras relaciones y nuestro testimonio como hijos de Dios. Hoy reflexionaremos sobre cómo un sabio utiliza bien sus palabras, basándonos en las Escrituras. 1. Cuidado con las promesas y palabras impulsivas Texto: Eclesiastés 5:6 “No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz y que destruya la obra de tus manos?” Este pasaje nos advierte sobre la importancia de no hablar sin pensar, especialmente en lo que respecta a promesas o compromisos ante Dios y ante los demás. Muchas veces, en momentos de emoción o presión, podemos prometer cosas que no estamos dispuestos o capaces de cumplir. El sabio cuida lo que promete y mide sus palabras, entendiendo que las palabras mal usadas pueden traer consecuencias serias. Antes de hablar, debemos reflexionar. ¿Estamos diciendo algo solo por quedar bien o por impulsividad? Recordemos que nuestras palabras tienen peso ante Dios y los hombres. Es mejor ser conocidos por nuestra integridad y prudencia, que por nuestras promesas vacías. 2. La importancia del discernimiento en lo que escuchamos y repetimos Texto: Proverbios 14:15 “El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va.” Aquí vemos cómo un sabio no solo habla con prudencia, sino que también escucha con discernimiento. Vivimos en un mundo lleno de información, opiniones y chismes. El sabio no repite todo lo que oye sin antes verificarlo o meditar sobre ello. No se deja llevar por rumores o por la corriente de pensamiento popular, sino que se asegura de que lo que habla o transmite sea veraz y edificante. ¿Cómo manejamos la información que llega a nosotros? El sabio no es ingenuo, sino que analiza, compara y busca la verdad. Antes de repetir algo, preguntemos: ¿Es esto cierto? ¿Es útil? ¿Edifica a alguien? Al hablar, nuestros labios deben reflejar prudencia y verdad. 3. La influencia de las personas con las que nos relacionamos Texto: Proverbios 13:20 “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado.” Este proverbio nos enseña que las personas con las que nos rodeamos influirán en nuestra manera de hablar y comportarnos. Si pasamos tiempo con personas sabias, aprenderemos a hablar con sabiduría. Por el contrario, si nos rodeamos de personas necias, corremos el riesgo de adoptar sus actitudes, que pueden llevarnos al desastre. Es importante evaluar nuestras relaciones. ¿Con quién pasamos nuestro tiempo? ¿Estas personas nos ayudan a crecer en sabiduría o nos arrastran a actitudes y palabras necias? La sabiduría se cultiva en compañía de personas que buscan lo mejor para nosotros y para la gloria de Dios. La sabiduría en el uso de las palabras no es algo que adquirimos de la noche a la mañana. Es el fruto de una vida guiada por el temor a Dios, por la reflexión y por la influencia correcta. Cuidemos lo que decimos, lo que escuchamos y las personas con las que compartimos, para que nuestras palabras siempre sean de bendición y reflejo de la sabiduría de Dios en nosotros. Hoy, más que nunca, necesitamos sabiduría en nuestras palabras. Que nuestras bocas no nos hagan pecar, que no repitamos lo que no sabemos, y que busquemos siempre rodearnos de personas que nos impulsen a hablar con verdad y amor. Pidamos a Dios que nos ayude a usar nuestras palabras para edificar, animar y glorificar su nombre.

en July 17, 2024 — por .

Un matrimonio bendecido

Queridos hermanos y hermanas, ¡qué alegría reunirnos hoy para reflexionar juntos sobre el hermoso regalo del matrimonio! En nuestras vidas diarias, a veces olvidamos cuán profundo y significativo es este vínculo que Dios diseñó con tanto amor y propósito para nosotros. I. Diseño y Propósito Divino del Matrimonio En Génesis 1:28, vemos cómo Dios bendijo a Adán y Eva y les dio la maravillosa tarea de llenar la tierra y gobernar sobre ella. Esto no fue solo un mandato, ¡sino una bendición! Dios quería que la unión entre el hombre y la mujer fuera fructífera y llena de propósito. En Génesis 2:15-18, Dios se da cuenta de que Adán necesitaba una compañera adecuada. ¡Qué tierno es saber que Dios mismo se preocupó por el bienestar de Adán y creó a Eva como su compañera perfecta! Esta historia nos enseña que en el matrimonio, Dios no solo nos da un compañero, sino alguien que nos complementa y nos ayuda a crecer. La Unidad y la Intimidad en el Matrimonio En Génesis 2:23-25, vemos a Adán emocionado al ver a Eva por primera vez. “¡Ella es hueso de mis huesos y carne de mi carne!” Este poema tan hermoso nos muestra cómo Dios diseñó el matrimonio para que dos personas sean una sola. Es un vínculo profundo que va más allá de lo físico; es emocional, espiritual y verdaderamente especial. Bendiciones y Responsabilidades del Matrimonio Dios nos llama a amarnos mutuamente como Cristo amó a la iglesia (Efesios 5:25). Esto significa que el matrimonio no se trata solo de vivir juntos, sino de amarse profundamente, perdonarse, apoyarse y crecer juntos en la fe. También nos da la increíble responsabilidad de criar a nuestros hijos en el temor y el amor de Dios. Amós 3:3 dice: “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” Este versículo enfatiza la importancia de la armonía y el acuerdo en las relaciones, incluyendo el matrimonio. Para que dos personas caminen juntas, ya sea en matrimonio o en cualquier otra asociación, es crucial que estén en acuerdo mutuo. Esto implica compartir valores, metas y un compromiso compartido, lo cual es fundamental para mantener una relación sólida y armoniosa. Marcos 3:24-25 (RVR1960): 24 Y si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. 25 Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. En estos versículos, Jesús enseña sobre la importancia de la unidad y la cohesión. Utiliza ejemplos de un reino y una casa para ilustrar que cualquier entidad que esté dividida internamente no puede mantenerse estable ni perdurar. Esta enseñanza puede aplicarse también al matrimonio, donde la unidad entre los esposos es fundamental para su fortaleza y durabilidad. Cantares 2:15 nos enseña: “Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne.” Este versículo nos recuerda la importancia de proteger y cuidar nuestra relación matrimonial de las influencias negativas que podrían dañarla. Así como se protegen las viñas en su crecimiento inicial, debemos estar atentos y ser diligentes en preservar la unidad y el amor en nuestro matrimonio. Los cuatro pilares del matrimonio, según la enseñanza cristiana y bíblica, pueden ser considerados como: Comunicación: La comunicación es importante en un matrimonio sano es lo más importante, si hay comunicación se entienden las partes como esposos, mientras que si no hay comunicación no sabe a donde van y lo que estan haciendo. Intimidad: No se nieguen los unos a otros, sin mutuo consentimiento, esto nos quiere decir en 1 corintios 7:5 que la intimidad en pareja es un pilar fundamental, el cual el hombre y la mujer siempre deben estar en mutuo acuerdo para no caer en tentación, para que el diablo no venga a tentar un matrimonio sano, es la intimidad muy fundamental en las parejas en matrimonio, y los que no estan en matrimonio abstenerse hasta el matrimonio y guardarse para Dios y la ayuda idonea. Finanzas: La unión profunda y espiritual entre marido y mujer, reflejando la imagen de Dios como una sola carne, y los matrimonios deben tener acuerdos mutuos con la finanzas, desde la unión partiendo desde las primicias, los diezmos y ofrendas, orden en la finanzas, las finanzas es en conjunto en el matrimonio. Familia: El hombre y la mujer en matrimonio dejará a su padre y a su madre para crear una familia, la cual nadie debe interponerse en la familia porque el hombre se unira a su mujer y seran una sola carne que son sus hijos, y deben criarlo a imagen y enseñanzas de las promesas de Dios para las familias. Queridos amigos, el matrimonio es más que solo un contrato o una tradición. Es un regalo sagrado de Dios, diseñado para ser un reflejo del amor incondicional y sacrificial que Él tiene por nosotros. Pidamos al Señor que nos guíe y nos ayude a vivir nuestros matrimonios de manera que honremos Su diseño y seamos testimonios vivientes de Su amor en este mundo. Que cada matrimonio aquí presente sea verdaderamente bendecido conforme al plan perfecto de Dios. Oremos unos por otros, apoyémonos mutuamente y sigamos buscando la gracia de Dios en cada paso del camino. Amén. Que el Señor nos dé la sabiduría y la alegría para disfrutar y cultivar nuestros matrimonios, recordando siempre que Él está con nosotros en cada paso del camino.