Sermon'e

en July 28, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, Especial, in temas el espíritu y el alma, Familias que dan frutos, Mes de la familia & libro Salmos.

Familias bienaventuradas

Vamos a reflexionar sobre un tema fundamental para nuestra vida y nuestra sociedad: la familia. Basaremos nuestra meditación en dos pasajes complementarios: Salmos 127:1-5 y Salmos 128:1-4. Estos versículos nos brindan una visión hermosa y completa de lo que significa ser una familia bienaventurada. 1. El fundamento divino de la familia “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmos 127:1). Este versículo nos recuerda que Dios debe ser el arquitecto y protector de nuestras familias. Sin Su guía y protección, todos nuestros esfuerzos son en vano. Una familia bienaventurada reconoce la necesidad de depender de Dios en todas las áreas de su vida, permitiendo que Él sea el fundamento sobre el cual se construye todo. 2. Temor y obediencia a Dios: La base de la bendición “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos” (Salmos 128:1). El temor a Dios y la obediencia a Sus caminos son esenciales para recibir Sus bendiciones. Este respeto profundo y reverencia hacia Dios se manifiestan en nuestras decisiones y acciones diarias. Una familia bienaventurada pone a Dios en el centro y sigue Sus enseñanzas, asegurándose de estar en el camino de la bendición. 3. El fruto del trabajo: Prosperidad y satisfacción “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien” (Salmos 128:2). Dios promete bendecir el trabajo honesto y diligente. En una familia bienaventurada, cada miembro comprende el valor del esfuerzo y contribuye con su trabajo. Esto no solo trae prosperidad material, sino también una profunda satisfacción y un sentido de logro. Es una bendición disfrutar del fruto de nuestro trabajo, sabiendo que viene de la mano de Dios. 4. La bendición de la familia: Unidad y alegría “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa” (Salmos 128:3). Este versículo pinta una imagen hermosa de una familia unida y fructífera. La esposa es comparada con una vid fructífera, simbolizando alegría y vitalidad. Los hijos, como plantas de olivo, representan paz y estabilidad. En una familia bienaventurada, cada miembro florece en su rol, contribuyendo a una atmósfera de amor y unidad. 5. La herencia de los hijos: Bendición y defensa “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta” (Salmos 127:3-5). Los hijos son una herencia y una bendición de Dios. Son como flechas en manos de un guerrero, representando fuerza y defensa. Un hombre que tiene muchos hijos es bendecido y tiene respaldo y honor en la comunidad. Los hijos no solo traen alegría al hogar, sino que también contribuyen a su fortaleza y estabilidad. 6. La promesa de la bendición generacional “He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová” (Salmos 128:4). El salmista reafirma la promesa de bendición para aquellos que temen al Señor. Esta bendición no solo se experimenta en la vida presente, sino que se extiende a futuras generaciones. Una familia que vive bajo el temor de Dios establece un legado de fe y bendición que impacta a sus descendientes.   En resumen, una familia bienaventurada es aquella que reconoce a Dios como el fundamento y protector de su hogar, vive en temor y obediencia a Sus caminos, valora el trabajo diligente, mantiene la unidad y la alegría, y deja un legado de fe para las futuras generaciones. Reconociendo a los hijos como una herencia de Dios, comprendemos su importancia en la fortaleza y estabilidad del hogar. Que cada uno de nosotros aspire a construir hogares que reflejen estas verdades, confiando en las promesas de Dios y esforzándonos por vivir según Sus caminos. Que Dios nos bendiga a todos y nos ayude a ser familias bienaventuradas. Amén.

en May 1, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Grandes lideres de la biblia & libros Hebreos, Josué, Santiago.

La perseverancia te lleva al éxito

Texto Base: Josué 1:9 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.” En la vida, enfrentamos muchos desafíos y obstáculos que parecen insuperables. A menudo, podemos sentirnos desalentados o tentados a rendirnos. Sin embargo, la Palabra de Dios nos brinda una fuente inagotable de fuerza y motivación. Hoy, reflexionaremos sobre cómo la perseverancia, inspirada en nuestra fe, es clave para alcanzar el éxito, tomando como ejemplo la exhortación que Dios le hizo a Josué en un momento crucial de su vida. Es importante perseverar y llegar al éxito haciendo la voluntad de Dios. El verdadero éxito es hacer la voluntad de Dios. I. Entendiendo la Exhortación de Dios a Josué Contexto de la cita: Josué estaba a punto de asumir una de las tareas más desafiantes: liderar a Israel hacia la Tierra Prometida, un objetivo que ni siquiera Moisés pudo completar. Este versículo es una promesa de presencia, fortaleza y victoria de Dios para aquellos que se comprometen a seguir Su camino. “Esfuérzate y sé valiente”: La importancia de la fortaleza mental y espiritual. La valentía no es la ausencia de miedo, sino la decisión de actuar. II. La Perseverancia como Clave para el Éxito Definiendo la Perseverancia: Perseverancia es mantenerse constante en la persecución de un objetivo o tarea a pesar de las dificultades y retrasos en lograr el éxito. La Relación entre Perseverancia y Fe: La fe en Dios proporciona la base y motivación para perseverar. La perseverancia es a menudo un reflejo de nuestra confianza en las promesas de Dios y en Su fidelidad. Ejemplos Bíblicos de Perseverancia: Abraham, esperando la promesa de Dios de un hijo. José, superando la esclavitud y la prisión antes de alcanzar la posición que Dios había prometido. Pablo y sus continuas misiones, a pesar de las múltiples adversidades. IV. Conclusiones y Exhortación Final Resumen de Ideas Claves: La perseverancia, apoyada en nuestra fe en Dios, es fundamental para superar los desafíos y alcanzar nuestros objetivos. Dios nos llama a ser valientes y esforzados, confiando en que Él está con nosotros en cada paso del camino. Llamado a la Acción: Reflexiona sobre las áreas de tu vida donde necesitas mayor perseverancia. Oración Final Oraremos juntos pidiendo a Dios la fortaleza para perseverar, la sabiduría para reconocer Su presencia, y el valor para actuar conforme a Su voluntad. En conclusión, recuerda que, al igual que Josué, cada uno de nosotros está llamado a enfrentar grandes desafíos. No obstante, la promesa de Dios de estar con nosotros “dondequiera que vayas” es la garantía de que, con perseverancia y fe, podemos y lograremos grandes cosas en Su nombre. Amen.

en April 3, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Dios es Amor & libro Juan.

El inmensurable amor De Dios

Texto Bíblico: Juan 3:16 (NVI) – “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Hermanos y hermanas, ¿pueden imaginar un amor más grande que el que nos revela este versículo? El amor de Dios es tan profundo, tan vasto, que supera cualquier comprensión humana. Él amó al mundo entero, cada uno de nosotros, de una manera tan inmensurable que dio lo más preciado que tenía: a su Hijo unigénito, Jesucristo. Este acto de amor va más allá de nuestra capacidad de entenderlo completamente. Dios entregó a su Hijo para que cada uno de nosotros, independientemente de nuestros errores y pecados, tengamos la oportunidad de encontrar redención y vida eterna. No hay mayor muestra de amor que esta. En nuestros momentos de debilidad y duda, recordemos este versículo. Recordemos que, a pesar de nuestras imperfecciones, somos amados incondicionalmente por el Creador del universo. No hay distancia demasiado grande, ni pecado demasiado grande que pueda separarnos de este amor. Que este conocimiento del inmesurable amor de Dios nos llene de esperanza, nos fortalezca en nuestras pruebas y nos inspire a amar a los demás de la misma manera. Que seamos embajadores de este amor, compartiendo la buena noticia de la salvación que se encuentra en Jesucristo. En conclusión, reflexionemos en este amor que nos sostiene, nos transforma y nos da vida eterna. Que vivamos cada día recordando que somos amados más allá de toda medida por el Dios que nos creó y nos redimió con su inmenso amor. Amén.