Sermon'e

en September 29, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas Mes de la sabiduría, Septiembre mes de la sabiduría & libros Eclesiastés, Proverbios.

El Sabio Usa Bien las Palabras

Las palabras son poderosas. Con ellas, podemos construir o destruir, animar o desanimar, bendecir o maldecir. La Biblia nos enseña la importancia de usar bien nuestras palabras, porque de ellas depende muchas veces la calidad de nuestras relaciones y nuestro testimonio como hijos de Dios. Hoy reflexionaremos sobre cómo un sabio utiliza bien sus palabras, basándonos en las Escrituras. 1. Cuidado con las promesas y palabras impulsivas Texto: Eclesiastés 5:6 “No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz y que destruya la obra de tus manos?” Este pasaje nos advierte sobre la importancia de no hablar sin pensar, especialmente en lo que respecta a promesas o compromisos ante Dios y ante los demás. Muchas veces, en momentos de emoción o presión, podemos prometer cosas que no estamos dispuestos o capaces de cumplir. El sabio cuida lo que promete y mide sus palabras, entendiendo que las palabras mal usadas pueden traer consecuencias serias. Antes de hablar, debemos reflexionar. ¿Estamos diciendo algo solo por quedar bien o por impulsividad? Recordemos que nuestras palabras tienen peso ante Dios y los hombres. Es mejor ser conocidos por nuestra integridad y prudencia, que por nuestras promesas vacías. 2. La importancia del discernimiento en lo que escuchamos y repetimos Texto: Proverbios 14:15 “El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va.” Aquí vemos cómo un sabio no solo habla con prudencia, sino que también escucha con discernimiento. Vivimos en un mundo lleno de información, opiniones y chismes. El sabio no repite todo lo que oye sin antes verificarlo o meditar sobre ello. No se deja llevar por rumores o por la corriente de pensamiento popular, sino que se asegura de que lo que habla o transmite sea veraz y edificante. ¿Cómo manejamos la información que llega a nosotros? El sabio no es ingenuo, sino que analiza, compara y busca la verdad. Antes de repetir algo, preguntemos: ¿Es esto cierto? ¿Es útil? ¿Edifica a alguien? Al hablar, nuestros labios deben reflejar prudencia y verdad. 3. La influencia de las personas con las que nos relacionamos Texto: Proverbios 13:20 “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado.” Este proverbio nos enseña que las personas con las que nos rodeamos influirán en nuestra manera de hablar y comportarnos. Si pasamos tiempo con personas sabias, aprenderemos a hablar con sabiduría. Por el contrario, si nos rodeamos de personas necias, corremos el riesgo de adoptar sus actitudes, que pueden llevarnos al desastre. Es importante evaluar nuestras relaciones. ¿Con quién pasamos nuestro tiempo? ¿Estas personas nos ayudan a crecer en sabiduría o nos arrastran a actitudes y palabras necias? La sabiduría se cultiva en compañía de personas que buscan lo mejor para nosotros y para la gloria de Dios. La sabiduría en el uso de las palabras no es algo que adquirimos de la noche a la mañana. Es el fruto de una vida guiada por el temor a Dios, por la reflexión y por la influencia correcta. Cuidemos lo que decimos, lo que escuchamos y las personas con las que compartimos, para que nuestras palabras siempre sean de bendición y reflejo de la sabiduría de Dios en nosotros. Hoy, más que nunca, necesitamos sabiduría en nuestras palabras. Que nuestras bocas no nos hagan pecar, que no repitamos lo que no sabemos, y que busquemos siempre rodearnos de personas que nos impulsen a hablar con verdad y amor. Pidamos a Dios que nos ayude a usar nuestras palabras para edificar, animar y glorificar su nombre.

en September 8, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas Mes de la sabiduría, Septiembre mes de la sabiduría & libros 1 Pedro, Efesios, Proverbios.

Consejos de la sabiduría

En proverbios 1:7 nos dice que el principio de la sabiduría es el temor a Jehová, en la cual nos va a dar características diferentes a los demás. En la vida nos vamos a equivocar pero es hay donde tenemos que ser sabios al ver a otro cometer error y no cometer el mismo error del otro. Cuando hablamos con nuestros hijos y le aconsejamos no tomar malos caminos es así mismo Dios con nosotros mediante las escrituras donde nos exhorta para conocer a nuestro señor y obtener sabiduría. Menospreciar la enseñanza camina más rápido al fracaso, no busques experiencia con iglesia, con religión, con dogmas, busca una verdadera experiencia con Dios. El tesoro de Dios es Jesucristo que nos trae salvación así que no menospreciemos la sabiduría y la enseñanza de Dios. En efesios 1:1-4 La enseñanza nos da instrucción para el momento oportuno, nos dice gracia y paz a nosotros Bendito sea el Dios  padre de nuestro señor Jesucristo que nos bendijo con toda bendición espiritual los lugares celestiales en Cristo, esto nos quiere decir que Dios ya nos bendijo y nos bendice en todo momento pero siempre y cuando sigamos su instrucción y voluntad. **3 Consejos de la Sabiduría:** 1. **Amar la corrección** _Proverbios 15:10_ – “La disciplina es dura para quien abandona el camino; el que aborrece la reprensión morirá.” Este consejo nos anima a aceptar la corrección y aprender de ella. Solo a través de la disciplina podemos crecer y mejorar. 2. **Tener consejeros** _Proverbios 15:22_ – “Los planes fracasan por falta de consejo; muchos consejeros traen éxito.” La sabiduría radica en buscar consejo de personas sabias. No es prudente actuar solo sin consultar a otros. 3. **Cuidar lo que hablas** _1 Pedro 3:10-11_ – “Porque el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios de hablar engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala.” Las palabras tienen poder. Debemos ser cuidadosos con lo que decimos, evitando causar daño con nuestras palabras. Estos consejos, basados en la Biblia, nos enseñan a valorar la corrección, buscar consejo y cuidar nuestro lenguaje para vivir sabiamente.