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Titulo prdicas (Presentación (43)) (1)
Pasaje De La Biblia Mateo 15:24
Este contenido es parte de una serie Culto de adoración, in tema Jesús el Cristo & libros Juan, Mateo.

Jesús el Cristo: el verbo eterno que vino por las ovejas perdidas

  • Jeferson Soares
Fecha predicado July 13, 2025

En esta prédica recordamos que la barca somos nosotros, la Iglesia de Cristo. Aunque Jesús fue rechazado por los suyos, no se detuvo: salió de la casa, se sentó junto al mar, y fue al encuentro de la multitud. A través de su Palabra, Jesús sigue buscando corazones. Él es el Cristo, el Verbo eterno hecho carne, el Salvador que vino a levantar Su Iglesia entre los perdidos.

Y quiero que escuchemos esto con el corazón abierto: no estamos aquí para hablar de religión, sino de una Persona viva, eterna, gloriosa y real: Jesús, el Cristo.

Juan 1:1-14

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios…”

Jesús no comenzó en Belén. Él no fue creado. Él es el principio de todo principio.
¡Es Dios mismo!
Juan lo llama “el Verbo”, es decir, la expresión perfecta de Dios.

Y lo más sorprendente:

“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros…”

¡Esto es glorioso! El Dios eterno se metió en nuestra historia.
No vino con espada ni con trono humano, sino con pañales y con una cruz.

¿Por qué lo hizo? porque nos amó. Porque vio nuestra miseria y decidió no dejarnos así.


Si alguna vez dudas del amor de Dios, mira a Jesús en un pesebre… y luego míralo en la cruz.
Allí está la prueba más grande de que Dios te quiere con locura santa.

II. JESÚS: EL ENVIADO A LAS OVEJAS PERDIDAS

Mateo 15:24

“No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.”

Jesús declara aquí con claridad que vino con un propósito. Él no vino a hacer milagros por deporte, ni a filosofar sobre el universo, él vino a buscar a los perdidos.

La casa de Israel había recibido promesas, pactos, profetas. Y ahora, llegó el cumplimiento: Jesús, el Cristo.
Pero incluso entre los suyos, muchos no lo reconocieron.

Aun así, Él buscaba a las ovejas:
– a los que lloraban,
– a los rechazados,
– a los endemoniados,
– a los pecadores cansados de pecar.

Y lo más hermoso:
¡Sigue haciéndolo hoy!


Tal vez tú te alejaste, tal vez te sientes indigno, impuro, lejos, Jesús no vino a buscar a los perfectos, sino a las ovejas perdidas.
Y si tú estás perdido, entonces ¡eres el objetivo perfecto del amor de Cristo!

III. JESÚS: EL MAESTRO ENTRE LA MULTITUD

Mateo 13:1-2

“Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar…”

¡Qué detalle más hermoso! Jesús no se escondía en palacios, ni en oficinas celestiales, Jesús salía de la casa, se sentaba entre la gente, y enseñaba con parábolas. Él no hablaba solo a sabios, hablaba a pescadores, agricultores, madres, niños.

Y la gente se agolpaba para oírle, porque sus palabras tenían vida.

Él sembraba la Palabra como un sembrador,
esperando corazones fértiles. ¿Queremos ver vidas transformadas? Entonces necesitamos sembrar como Jesús:
– Con sencillez
– Con paciencia
– Y desde el amor

Cristo nos enseña que el verdadero ministerio no se hace desde la altura, sino desde la cercanía.

Jesús no es solo un personaje histórico, Jesús no es solo un nombre en una oración, Jesús es el Cristo:
– El Verbo eterno
– El Enviado del cielo
– El Salvador de los perdidos
– El Maestro de las multitudes
– El Rey que viene otra vez

Y hoy te pregunta:

¿Solo sabes de mí, o me conoces?
¿Soy una historia bonita o tu Salvador vivo?
¿Me escuchas de lejos o caminas conmigo?

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