Sermon'e

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Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in libros Apocalipsis, Números & .

El apocalipsis desvelado (parte 3)

El mensaje a Pérgamo y la referencia al juicio en Números 31 nos llaman a vivir una fe genuina, sin compromisos con el pecado o la idolatría. La espada de Cristo es tanto un llamado a la verdad como un instrumento de juicio. El creyente fiel recibe una identidad transformada y la esperanza de una comunión eterna con Dios.

en November 13, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in temas La salvación por cristo Jesús, La voluntad de Dios & libros 2 Timoteo, Apocalipsis, Juan, Mateo.

El Apocalipsis desvelado

En el libro de Apocalipsis, se revela el destino de la humanidad y la culminación del plan de Dios. Sin embargo, este libro no es solo un relato del juicio final, sino también un mensaje de esperanza y fidelidad para la iglesia, especialmente en tiempos de sufrimiento y persecución. Hoy desvelaremos lo que estos textos nos enseñan sobre enfrentar las pruebas con valentía, temer solo a Dios y mantener la esperanza en la victoria final de Cristo. En Apocalipsis 2:8-11, Jesús habla a la iglesia en Esmirna, una iglesia que sufría grandemente por su fe. Jesús se identifica como “el primero y el último, el que estuvo muerto y volvió a la vida”. Esta introducción no es casual. Al recordar a la iglesia su soberanía y resurrección, Jesús les asegura que, aunque enfrenten la muerte, Él tiene poder sobre ella. El llamado de Cristo a la iglesia en Esmirna es claro: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” ¿Qué significa ser fiel hasta la muerte? Significa mantener nuestra confianza en Dios incluso cuando todo parece perdido, incluso cuando las circunstancias nos desafían a renunciar a nuestra fe. Cristo promete que aquellos que perseveran no sufrirán el daño de la segunda muerte, una promesa de vida eterna. Jesús nos advierte en Mateo 10:28: “No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Este versículo nos confronta con la realidad de que el temor a los hombres, el temor a la pérdida o incluso el temor a la muerte no debe gobernar nuestra vida. El único temor que debemos tener es el temor reverente a Dios, quien tiene poder sobre nuestra eternidad. En Juan 11:25, Jesús se declara a sí mismo como “la resurrección y la vida.” Él no solo promete vida después de la muerte; Él es la fuente de esa vida. Cuando enfrentamos la pérdida o la amenaza de la muerte, debemos recordar que nuestra esperanza no está en este mundo, sino en Cristo, quien ha vencido la muerte y nos ha dado la promesa de vida eterna. Jesús no nos promete una vida libre de problemas. De hecho, en Juan 16:33 nos dice: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” La paz que Jesús ofrece no es la ausencia de problemas, sino la presencia de su Espíritu que nos fortalece en medio de ellos. En 2 Timoteo 3:2-5 Pablo describe cómo serán los hombres en los últimos días: “egoístas, avaros, jactanciosos, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos…” Esta descripción es un recordatorio de que el mundo en que vivimos estará lleno de maldad y corrupción. Pero como creyentes, somos llamados a ser diferentes, a apartarnos de estas conductas y a vivir en santidad. En Juan 11:25 Jesús no solo promete resurrección, Él mismo es la resurrección. La fe en Cristo transforma nuestra perspectiva de la muerte. No la vemos como el fin, sino como el comienzo de una nueva vida con Él. Esto es lo que le da sentido a nuestra fe: la certeza de que, aunque nuestro cuerpo físico muera, nuestra alma vivirá eternamente con el Señor.  

en November 6, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in libros 1 Corintios, Apocalipsis & .

El apocalipsis desvelado

En esta prédica reflexionaremos sobre las cartas a las iglesias en Apocalipsis 2 y la enseñanza sobre el conocimiento y el amor en 1 Corintios 8. Estos pasajes nos llevan a entender cómo la relación con Cristo y con otros hermanos en la fe es fundamental en nuestra vida cristiana y cómo la revelación en Apocalipsis nos ayuda a ver el propósito divino detrás de nuestras luchas y de nuestra misión El mensaje de “Apocalipsis Desvelado” nos llama a vivir con una fe activa, no solo con conocimiento, sino con amor y responsabilidad hacia los demás. Las enseñanzas en Apocalipsis y Corintios resaltan la necesidad de un amor sincero y una dedicación total a Dios, que se muestra en nuestro trato y ejemplo para con los demás. Que podamos responder al llamado de Cristo, arrepintiéndonos de nuestras faltas, edificando a otros en amor, y esperando con fe y paciencia la recompensa que Él ha prometido a quienes le siguen fielmente.

en October 30, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Sigo firme con Dios & libros Apocalipsis, Efesios, Hebreos, Mateo.

Mantenganse firmes

Queridos hermanos, en este mundo estamos constantemente en una batalla espiritual. No una batalla y no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, que buscan apartarnos del camino que el Señor ha trazado para nosotros. En Efesios 6:12, el apóstol Pablo nos dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Dios nos llama a ser conscientes de esta batalla y a vestirnos con la armadura que Él ha provisto. No estamos solos ni desamparados; Él nos ha dado las herramientas para resistir y permanecer firmes. Por eso, en el versículo 10, Pablo nos anima: “Fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.” Fijemos Nuestra Mirada en Jesús En Hebreos 12:1-2, encontramos una invitación a correr la carrera de la fe, despojándonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y a hacerlo con paciencia, fijando nuestra mirada en Jesús, quien es “el autor y consumador de la fe.” Es un llamado a no dejarnos vencer por las distracciones y a concentrarnos en Aquel que nos da la victoria. Jesús soportó la cruz por el gozo que le esperaba, dándonos un ejemplo de perseverancia y enfoque. En momentos de dificultad, recordemos que tenemos un modelo perfecto en quien apoyarnos y un galardón que nos espera si nos mantenemos firmes. Despojarnos de Distracciones y Mirar a Jesús En Mateo 13:22, Jesús advierte sobre la semilla que cayó entre espinos y fue ahogada por “los afanes de este siglo y el engaño de las riquezas”. Esta parábola nos recuerda que muchas veces, el enemigo utiliza las preocupaciones del mundo y las distracciones para alejarnos de Dios. Estas preocupaciones no solo nos distraen, sino que ahogan la Palabra de Dios en nuestro corazón, impidiéndonos crecer en la fe. Hebreos 12:1-2 también nos llama a “despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia”, fijando nuestra mirada en Jesús, quien es el autor y consumador de nuestra fe. Mantenernos firmes significa deshacernos de todo lo que estorba y centrarnos en nuestro propósito eterno. Nuestra Fuerza Viene del Señor La verdadera fortaleza no proviene de nuestra habilidad o conocimiento, sino de Dios mismo. Cuando enfrentamos dificultades y sentimos que el mundo está en nuestra contra, es fácil pensar que debemos luchar en nuestras propias fuerzas. Sin embargo, Pablo nos recuerda que debemos fortalecernos “en el poder de su fuerza”. Esa fuerza viene de pasar tiempo con Dios, de buscarle en oración y de nutrirnos en Su Palabra. La Armadura de Dios: Protegiéndonos para Resistir Pablo describe cada pieza de la armadura en Efesios 6:14-17. Es importante recordar que cada parte de esta armadura representa una verdad y una virtud que necesitamos. No estamos luchando con armas físicas, sino con “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”, el escudo de la fe, la coraza de justicia, el cinturón de la verdad y el casco de la salvación. Cada una de estas piezas es esencial para protegernos y ayudarnos a resistir en el día malo. No Temamos al Futuro En Apocalipsis 2:10, el Señor nos dice algo profundo y que todos necesitamos oír: “No temas en nada lo que vas a padecer.” Aquí, Dios no nos promete que nunca enfrentaremos pruebas o tribulaciones. De hecho, Él advierte que en algún momento vamos a enfrentar dificultades por seguirle. Pero esta es la parte esperanzadora: Dios nos promete que, si somos fieles, Él estará con nosotros y nos dará la corona de la vida. En nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestra fe, somos llamados a estar firmes. La fortaleza de Dios es nuestro refugio y nuestra roca. Cuando vengan los momentos de prueba, no miremos con temor o desánimo, sino con la confianza de que nuestro Dios pelea nuestras batallas. Hermanos, recordemos: esta armadura es para todos nosotros, y la ponemos cuando decidimos caminar diariamente en obediencia y en amor a nuestro Señor. Que hoy y siempre, podamos responder al llamado de Dios a permanecer firmes, seguros de que nuestro esfuerzo no es en vano y que, al final, Su victoria será también la nuestra.

en October 6, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Tomar el escudo de la fe & libros Apocalipsis, Génesis.

El Dios suplidor

En el principio, Dios creó el universo y preparó un lugar especial para el hombre: el Jardín del Edén. Desde ese momento, Dios ha sido el proveedor de todas las necesidades del ser humano, tanto físicas como espirituales. En Génesis 2:1-8, vemos cómo Dios establece todo lo que el hombre necesita para disfrutar plenamente de la vida. Sin embargo, esa provisión perfecta solo es posible cuando el hombre permanece en el centro de la voluntad de Dios. Dios Prepara Todo para el Hombre lo disfrutará: En Génesis 2:1-8, Dios termina la creación y establece el jardín. Este jardín no solo era un lugar de belleza, sino que también era un espacio donde el hombre podía disfrutar de todo lo que Dios había provisto. Aquí vemos un principio clave: Dios es el proveedor de nuestras necesidades. No había nada que Adán necesitara que no fuera proporcionado por Dios. Provisión abundante: Dios provee tanto los recursos naturales como la compañía adecuada. Provisión espiritual: Más allá de lo físico, Dios le dio al hombre una relación directa con Él. Disfrutar de la Provisión en el Centro de Su Voluntad: En Génesis 2:15-18, el hombre comienza a disfrutar de todo lo que Dios le da, pero esto se hace en el marco de Su voluntad perfecta. Mientras Adán y Eva se mantuvieron en la voluntad de Dios, fueron completamente suplidos. 🔥 Solo podemos ser suplidos por Dios cuando estamos en Su voluntad. Cuando caminamos fuera de esa voluntad, debemos luchar y conquistar con nuestro propio esfuerzo, lo que trae fatiga y frustración. Consecuencias de Salir del Centro de Su Voluntad: Cuando el hombre sale de la voluntad de Dios, como sucedió con Adán y Eva en el Jardín, las bendiciones que una vez disfrutaban de manera natural, se ven cortadas. Debemos entonces trabajar por lo que antes era dado por gracia. El hombre fuera de la voluntad de Dios no es suplido de la misma manera. Esfuerzo humano: Aquello que se obtenía con facilidad en el Edén, ahora requiere sudor y esfuerzo. Ver lo que Dios Muestra y Escuchar lo que Él Habla: 🔥 Cuando estamos dentro de la voluntad de Dios, no solo somos suplidos físicamente, sino que también podemos ver y escuchar lo que Dios quiere revelarnos. Como menciona Apocalipsis 2:7, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice… Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida”. Mientras Eva vio el árbol del conocimiento del bien y del mal, Jesús, en cambio, vio el árbol de la vida. Ver a través de los ojos de Dios nos permite entender Su plan y recibir Su provisión completa. Límites y Libertad: 🔥 Dios ha creado al hombre libre, pero con límites. Tal como un pez que necesita el agua para vivir, el hombre necesita a Dios para ser completamente libre. Fuera de los límites que Dios establece, el hombre perece. El pecado nos lleva fuera de esos límites y corta la provisión que Dios ha preparado. Solo a través de Cristo, quien es el camino de regreso a Dios, podemos volver a ser suplidos de manera perfecta. Dios ha preparado todo lo que necesitamos, pero Su provisión se experimenta de manera plena cuando nos mantenemos en el centro de Su voluntad. Cuando caminamos fuera de ese centro, el esfuerzo humano reemplaza la gracia de Dios. Pero gracias a Cristo, el camino de regreso al Padre está abierto para nosotros. Mantengámonos en ese centro, y seremos testigos de Su provisión sobrenatural en todas las áreas de nuestra vida.

en August 4, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas El propósito de nuestra vida, Guerra Espiritual & libros Apocalipsis, Génesis, Juan, Mateo.

Verdaderamente libres

Querida congregación, nos reunimos bajo el poderoso tema “Verdaderamente libres”, basado en el versículo de Juan 8:36: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Vivimos en un mundo que constantemente nos promete libertad: libertad financiera, libertad de tiempo, libertad personal. Sin embargo, ¿qué significa ser verdaderamente libres? Jesús nos da la respuesta en Juan 8:36. La verdadera libertad no viene de las circunstancias externas, sino de una relación profunda y transformadora con Él. Comencemos con Mateo 12:43, donde Jesús describe lo que sucede cuando un espíritu impuro sale de una persona. El espíritu vaga buscando descanso, pero al no encontrarlo, decide regresar a la persona de donde salió. Si la encuentra “desocupada, barrida y adornada”, trae consigo a otros siete espíritus más malvados, y la condición final de esa persona resulta peor que la inicial. Esto nos muestra que simplemente deshacerse de las malas influencias no es suficiente. Necesitamos llenar nuestro corazón con algo más fuerte y permanente: la presencia de Jesús. Solo Él puede llenar el vacío y protegernos contra el retorno del mal. En Apocalipsis 3:5, Jesús promete: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles”. Ser verdaderamente libres implica una transformación interna que se refleja en nuestras vidas externas. Vestir vestiduras blancas simboliza pureza, redención y una nueva identidad en Cristo. En Juan 14:23, Jesús dice: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. La verdadera libertad se encuentra en vivir en comunión con Dios. Cuando guardamos Su palabra y vivimos según Sus mandamientos, experimentamos la libertad que proviene de estar en Su presencia. Dios mismo hace morada en nosotros, guiándonos y fortaleciendo nuestra vida diaria. Veamos Génesis 35:1-5, donde Dios le dice a Jacob que suba a Betel y habite allí, y que haga un altar al Dios que le apareció cuando huía de su hermano Esaú. Jacob instruye a su familia a deshacerse de los dioses extranjeros que tienen, purificarse y cambiarse de ropa. Este acto de purificación y renovación simboliza el abandono de las viejas costumbres y la adopción de una nueva vida dedicada a Dios. Finalmente, en Apocalipsis 3:20, Jesús nos dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. La verdadera libertad comienza con una decisión personal de abrir la puerta de nuestro corazón a Jesús. Él nos invita a una relación íntima y personal con Él, donde encontramos paz, propósito y verdadera libertad. Amados hermanos y hermanas, la verdadera libertad no se encuentra en el mundo, sino en Jesús. Él nos ofrece una libertad que transforma, que purifica y que nos llena de Su presencia. Al abrirle nuestro corazón y permitirle morar en nosotros, experimentamos una vida nueva, una vida verdaderamente libre. Oremos para que cada uno de nosotros pueda vivir en esa libertad que solo Jesús puede dar. Que podamos vestirnos de vestiduras blancas, guardar Su palabra y vivir en comunión con Él cada día. Amén.