En la vida cotidiana, es fácil caer en la trampa de juzgar a los demás, señalando con el dedo aquellos que percibimos como diferentes o menos dignos que nosotros. Sin embargo, la enseñanza de Jesús en la Biblia nos invita a adoptar una perspectiva completamente diferente: extender la mano en amor y compasión hacia nuestros semejantes.
En Mateo 7:1-2, Jesús nos dice: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.” Estas palabras nos recuerdan que el acto de señalar con el dedo y juzgar a los demás solo nos lleva a ser juzgados de la misma manera. En cambio, Jesús nos llama a mostrar misericordia y compasión, reconociendo nuestra propia imperfección y necesidad de gracia divina.
En Lucas 6:31, Jesús nos da una guía clara sobre cómo debemos interactuar con los demás: “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.” Esta enseñanza, conocida como la Regla de Oro, nos insta a tratar a los demás con el mismo amor y respeto que deseamos recibir. En lugar de señalar con el dedo y condenar, Jesús nos llama a extender la mano en ayuda y servicio hacia nuestros prójimos.
La parábola del buen samaritano, narrada en Lucas 10:25-37, ilustra perfectamente la diferencia entre señalar y ayudar. Mientras los líderes religiosos pasaban de largo a un hombre herido en el camino, un samaritano, tradicionalmente visto como un enemigo por los judíos, se detiene, extiende la mano y cuida al necesitado. Jesús nos enseña a seguir el ejemplo del buen samaritano, mostrando compasión y amor hacia todos, sin importar su origen o situación.
En resumen, la religión puede enseñarnos a señalar con el dedo y juzgar a los demás, pero Jesús nos muestra un camino diferente: el camino del amor incondicional y la compasión. Al seguir sus enseñanzas y extender la mano en ayuda y servicio hacia nuestros semejantes, podemos transformar nuestras interacciones y relaciones, creando un mundo más justo, amoroso y compasivo para todos.