Sermon'e

en July 3, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in temas Alabanza para Dios, Descubriendo la voluntad de Dios & libro 1 Samuel.

Entienda el proceso y viva feliz

En la vida, muchas veces enfrentamos situaciones que nos desconciertan, nos desaniman o simplemente no entendemos. A veces nos preguntamos: “¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? ¿Qué propósito tiene todo esto?”. En medio de estas dudas y luchas, es crucial recordar que Dios tiene un propósito y un plan para cada uno de nosotros, aunque no siempre podamos verlo de inmediato. En 1 Samuel 16:13, vemos un ejemplo claro de esto: “Y Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.” Aquí vemos a David, un joven pastor, siendo ungido como rey por Samuel. David no era el mayor, ni el más fuerte de sus hermanos, pero Dios vio algo en él que otros no veían. Dios tenía un plan para David, un propósito que iba más allá de lo que cualquier humano podría haber imaginado. Podemos aprender mucho de esta historia. En primer lugar, entendemos que Dios tiene su propio calendario y su propia manera de hacer las cosas. A veces, el proceso que atravesamos puede parecer largo y lleno de obstáculos, pero cada etapa tiene su razón de ser. David fue ungido como rey, pero no asumió el trono de inmediato. Tuvo que pasar por muchas pruebas y desafíos antes de que eso sucediera. En nuestra propia vida, podemos encontrarnos en situaciones donde nos sentimos perdidos o sin esperanza. Tal vez estemos en un trabajo que no nos satisface, en una relación que no funciona o enfrentando problemas personales que parecen insuperables. Es en esos momentos cuando más necesitamos confiar en el proceso y en el plan de Dios. El proceso es una parte esencial de nuestro crecimiento y desarrollo. Sin los desafíos y las pruebas, no podríamos convertirnos en las personas que Dios quiere que seamos. Cada dificultad que enfrentamos es una oportunidad para aprender, crecer y fortalecer nuestra fe. David tuvo que enfrentarse a leones y osos antes de enfrentarse a Goliat, y cada una de esas experiencias lo preparó para el futuro. Entender el proceso también nos permite vivir con más paz y felicidad. Cuando confiamos en que Dios tiene un plan para nosotros, podemos dejar de preocuparnos tanto por el futuro y enfocarnos en el presente. Podemos disfrutar de las pequeñas bendiciones diarias y encontrar alegría en cada etapa del camino. Esto no significa que no enfrentaremos dificultades o momentos de duda. Incluso David, un hombre conforme al corazón de Dios, tuvo sus momentos de angustia y temor. Pero al final, su confianza en Dios y su comprensión del proceso le permitieron superar esos momentos y vivir una vida plena y significativa. Así que hoy, quiero animarte a que confíes en el proceso de Dios para tu vida. No importa dónde te encuentres o qué estés enfrentando, recuerda que Dios tiene un plan para ti. Cada etapa, cada desafío y cada victoria es parte de ese plan. Al entender esto y vivir con esta perspectiva, podemos encontrar una paz y una felicidad duraderas, sabiendo que estamos en las manos de un Dios amoroso y sabio que siempre busca nuestro bien.

en May 15, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Alabanza para Dios & libros Mateo, Tito.

La esperanza de la vida eterna

Hermanos y hermanas, hoy estamos aquí juntos para meditar acerca, “La Esperanza de la Vida Eterna”. El primer verso de Tito, 1:1 habla de que nuestra esperanza se encuentra en Dios, que nos ha prometido la vida eterna antes de ser lanzados al siglo, pero, ¿Qué debemos hacer para poder llegar a dicha promesa?
En Mateo 7:21-23, Jesús nos dice que no todos los que dicen ‘Señor, Señor’, van a ser partícipes del reino de los cielos, sino aquellos que están haciendo la voluntad del Padre celestial. Jesús entonces nos enseña que debemos construir nuestra esperanza sobre una base sólida ,un tipo de roca, como la que es en la parábola de Mateo 7;24-29. La esperanza de la vida eterna no es solo una creencia pasiva, sino un compromiso activo con la voluntad de Dios y la construcción de nuestra fe sobre la roca firme de su palabra. Así que, hermanos y hermanas, mantengamos viva nuestra esperanza, edificando nuestras vidas sobre la roca que es Cristo en nuestra vida, para que podamos heredar la vida eterna que Dios ha prometido a aquellos que le aman. Amén.

en February 25, 2024 — por .

Alabanza en medio de la dificultad

Hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos bajo el manto de Su gracia para celebrar la libertad de gozo que encontramos en Él, incluso en los momentos más difíciles de nuestras vidas. Nuestro enfoque está en Hechos 16:25-26, donde Pablo y Silas, encarcelados y en medio de la adversidad, alaban a Dios con todo su corazón. Imagina por un momento la escena: las cadenas pesadas envuelven sus muñecas, la oscuridad de la cárcel los rodea, y sin embargo, en lugar de lamentarse, ¡cantan alabanzas a Dios! ¿Qué poder, qué testimonio de fe inquebrantable es este? Es la libertad de gozo que solo puede venir de una conexión profunda con nuestro Señor. Hermanos y hermanas, en medio de nuestros propios desafíos y tribulaciones, ¿Cómo respondemos? ¿Nos hundimos en la desesperación o levantamos nuestros ojos hacia el cielo y entonamos cánticos de alabanza? No olvidemos que no estamos aquí simplemente para ser ministrados, sino para ser ministros del amor y la gracia de Dios para aquellos que nos rodean. En estos tiempos difíciles, el mundo necesita desesperadamente el testimonio de nuestra fe inamovible, nuestra alegría inexplicable en medio de la tormenta. Que nuestra alabanza no sea solo un acto de devoción personal, sino un faro de esperanza para los perdidos y necesitados. Recordemos que Dios nunca nos abandona en nuestras pruebas. Él está con nosotros en medio del fuego ardiente y la tormenta furiosa. Cuando alabamos en medio de la dificultad, abrimos las puertas para que Él actúe en maneras que nunca podríamos imaginar. Así que levantemos nuestras voces y nuestros corazones en alabanza, no importa cuán oscura sea la noche, porque en Él encontramos nuestra verdadera libertad y gozo. Que nuestra alabanza sea un eco del amor eterno de Dios, resonando en los corazones de todos los que nos rodean. ¡Que sea así en el nombre poderoso de Jesús!. En Hebreos 13:15, se nos recuerda: “Así que ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”. Esta es una llamada a una vida de adoración constante, incluso cuando las circunstancias nos desafían. Hermanos y hermanas, en medio de nuestros propios desafíos y tribulaciones, ¿cómo respondemos? ¿Nos hundimos en la desesperación o levantamos nuestros ojos hacia el cielo y entonamos cánticos de alabanza? No olvidemos que no estamos aquí simplemente para ser ministrados, sino para ser ministros del amor y la gracia de Dios para aquellos que nos rodean. En estos tiempos difíciles, el mundo necesita desesperadamente el testimonio de nuestra fe inamovible, nuestra alegría inexplicable en medio de la tormenta. Que nuestra alabanza no sea solo un acto de devoción personal, sino un faro de esperanza para los perdidos y necesitados. Recordemos que Dios nunca nos abandona en nuestras pruebas. Él está con nosotros en medio del fuego ardiente y la tormenta furiosa. Cuando alabamos en medio de la dificultad, abrimos las puertas para que Él actúe en maneras que nunca podríamos imaginar. Así que levantemos nuestras voces y nuestros corazones en alabanza, no importa cuán oscura sea la noche, porque en Él encontramos nuestra verdadera libertad y gozo. Que nuestra alabanza sea un eco del amor eterno de Dios, resonando en los corazones de todos los que nos rodean. ¡Que sea así en el nombre poderoso de Jesús! Amén.