Sermon'e

en October 13, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas El bautismo, El don de servir, El favor no merecido & libro 1 Corintios.

La cena del señor

La Cena del Señor es una de las ordenanzas más importantes que Jesús dejó a su iglesia. Es un acto simbólico que nos conecta directamente con la obra redentora de Cristo en la cruz. Al participar en ella, no solo recordamos su sacrificio, sino que también proclamamos su muerte hasta que Él regrese. Juntos meditemos en lo que significa participar dignamente de la Cena del Señor y en la importancia de entender su profundo mensaje. Un mandato de Jesús (1 Corintios 11:23-25) Pablo nos recuerda que la Cena del Señor no es una invención humana, sino que fue instituida directamente por Cristo la noche en que fue entregado. Jesús tomó el pan, lo bendijo, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.” Luego, tomó la copa y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de mí.” En este acto, vemos la clara instrucción de Jesús para que recordemos su sacrificio a través de estos símbolos: el pan representa su cuerpo, quebrantado por nosotros, y la copa simboliza su sangre, derramada para sellar el nuevo pacto. Recordando su sacrificio (1 Corintios 11:26) Cada vez que tomamos el pan y la copa, anunciamos la muerte del Señor hasta que Él venga. Esto significa que la Cena del Señor no es solo un momento de reflexión personal, sino también una proclamación pública de la obra redentora de Cristo. El sacrificio de Jesús es el centro de nuestra fe. Sin su muerte y resurrección, no tendríamos esperanza de salvación. Al participar de la Cena, renovamos nuestra gratitud por ese acto supremo de amor y nos comprometemos a vivir a la luz de esa verdad. Reflexión: La Cena del Señor es un recordatorio constante de que somos salvos por gracia, y no por obras. No debemos tomar este acto a la ligera, sino con un corazón lleno de gratitud y humildad. Participar dignamente (1 Corintios 11:27-29) Pablo también nos advierte sobre la necesidad de participar dignamente de la Cena del Señor. ¿Qué significa esto? Significa examinar nuestro corazón antes de acercarnos a la mesa del Señor. Si participamos de manera irreverente o con pecado no confesado, estamos menospreciando el sacrificio de Cristo. El apóstol nos insta a “probar cada uno su propio corazón”. Este es un momento de autoevaluación, de pedir perdón por nuestros pecados y de reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos en Cristo. Consecuencias de la irreverencia (1 Corintios 11:30-32) Pablo menciona que debido a la falta de reverencia y a la participación indigna en la Cena del Señor, algunos en la iglesia de Corinto estaban enfermos y otros incluso habían muerto. Esto nos enseña que Dios toma en serio este acto. Aunque vivimos en una época de gracia, no debemos tomar la gracia de Dios como una excusa para ser irreverentes. La Cena del Señor es un recordatorio solemne de lo que Cristo hizo por nosotros, y debemos acercarnos a ella con el debido respeto. Unidad en el cuerpo de Cristo (1 Corintios 11:33-34) Pablo concluye este pasaje recordando a los creyentes que la Cena del Señor es también un acto de unidad. Cuando nos reunimos para participar de ella, lo hacemos como un solo cuerpo en Cristo. No hay lugar para divisiones, egoísmos o rivalidades. Debemos esperar los unos por los otros, sirviéndonos con amor y respeto. La Cena del Señor nos recuerda que, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo. La cruz de Cristo nos une, y debemos vivir en armonía unos con otros. La Cena del Señor es un acto profundo y sagrado. Nos llama a recordar, a reflexionar, a arrepentirnos y a proclamar la obra redentora de Cristo. Al participar de ella, no solo miramos hacia atrás, a la cruz, sino también hacia adelante, a la segunda venida de nuestro Señor. Que cada vez que tomemos el pan y la copa, lo hagamos con reverencia, gratitud y una renovada devoción a nuestro Salvador. Jesús dio su vida por nosotros; vivamos para Él.  

en October 9, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema El propósito de nuestra vida & libros Deuteronomio, Joel, Números.

Cuida tu semilla

Hablaremos sobre un tema crucial para nuestras vidas: Cuidar la semilla. La semilla representa todo aquello que Dios ha plantado en nuestros corazones. En el libro de Joel, se nos habla de destrucción y devastación: la langosta, el saltón, el revoltón y el revoltón arrasaron con todo. Es un panorama sombrío, pero nos deja una enseñanza profunda sobre lo que pasa cuando no protegemos lo que Dios nos ha dado. Dios ha sembrado en cada uno de nosotros dos semillas: la visión y los sueños. 1. La semilla de la visión La visión es el plan de Dios para nuestras vidas, su propósito divino. Cada uno de nosotros tiene una misión específica, un destino que cumplir en el reino de Dios. Sin embargo, como en Joel, hay enemigos que quieren destruir esa visión. A veces, las dificultades y las pruebas parecen despojarnos de nuestra esperanza y nos hacen dudar de lo que Dios nos ha mostrado. Joel 1:4 nos describe cómo diferentes tipos de plagas devoran lo que era nuestro sustento. Así es en nuestras vidas cuando no cuidamos la visión de Dios. El enemigo, las distracciones, el miedo y la duda intentarán atacar esa visión que Dios ha puesto en tu corazón. Pero Dios te llama a permanecer firme en su visión. La clave es la perseverancia: No dejes que los problemas te roben lo que Dios te ha mostrado. A veces, no verás el fruto de inmediato, pero eso no significa que la visión esté muerta. Mantente conectado a Dios: Sólo cuando mantenemos nuestra relación con Dios, nuestra visión permanece viva. Si te apartas de Él, corres el riesgo de que la langosta espiritual destruya lo que Dios quiere hacer en tu vida. 2. La semilla de los sueños La otra semilla es la de los sueños. Dios no sólo nos da una visión de lo que debemos hacer, sino que también nos pone sueños en el corazón. Estos sueños pueden ser metas personales, ministeriales o de impacto para otras personas. Son los anhelos profundos que Dios planta en ti, y que muchas veces requieren valentía para perseguirlos. Pero al igual que la visión, los sueños pueden ser amenazados. El desaliento, el fracaso, las críticas de otros y el temor a lo desconocido pueden hacer que dejemos de soñar. Sin embargo, Dios quiere que sigas soñando. No te desanimes: Aunque las cosas no salgan como esperas, no abandones tus sueños. Dios es quien da los sueños y Él es fiel para cumplirlos en su tiempo perfecto. Protege tus sueños de las plagas: Como en Joel, las “plagas” del desánimo, el conformismo y la duda intentarán devorar tus sueños. Pero tú tienes el poder, a través de la fe, de proteger lo que Dios ha plantado en ti. 3. Cuida tus semillas Como un jardinero cuida de sus plantas, tú debes proteger y nutrir las semillas que Dios ha puesto en ti. No puedes dejar que las circunstancias de la vida o los ataques del enemigo destruyan la visión y los sueños que Dios te ha dado. Joel nos advierte que cuando las plagas no son confrontadas, el resultado es la devastación completa. No podemos ser pasivos en cuidar lo que Dios nos ha entregado. Riega tus semillas con oración: La oración es el agua que nutre tus sueños y visión. A través de la oración, fortalecemos nuestra fe y pedimos a Dios que nos ayude a perseverar. Abónalas con la Palabra de Dios: La Palabra es el alimento que da vida a tus semillas. No puedes crecer sin alimentarte de las Escrituras. Lee, medita y declara la Palabra sobre tu vida. Cultiva la paciencia: Las semillas no crecen de un día para otro. Requieren tiempo, cuidado y dedicación. No te desesperes si no ves resultados inmediatos. Dios está trabajando en ti, aunque no lo veas. En Joel 1:1-4 vemos un pueblo que fue devastado por no haber cuidado lo que Dios les había dado. Pero Dios no quiere que tus sueños ni tu visión sean destruidos. Él te ha dado esas semillas para que florezcan y produzcan fruto en tu vida. Cuida lo que Dios ha plantado en ti. No dejes que el enemigo, las circunstancias o el desánimo destruyan lo que Dios ha comenzado. Recuerda: Dios te ha dado una visión y sueños, y está contigo para ayudarte a protegerlos y hacerlos realidad. Así que, no te desanimes, sigue soñando, permanece en la visión de Dios, y cuida tu semilla.  

en October 6, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Tomar el escudo de la fe & libros Apocalipsis, Génesis.

El Dios suplidor

En el principio, Dios creó el universo y preparó un lugar especial para el hombre: el Jardín del Edén. Desde ese momento, Dios ha sido el proveedor de todas las necesidades del ser humano, tanto físicas como espirituales. En Génesis 2:1-8, vemos cómo Dios establece todo lo que el hombre necesita para disfrutar plenamente de la vida. Sin embargo, esa provisión perfecta solo es posible cuando el hombre permanece en el centro de la voluntad de Dios. Dios Prepara Todo para el Hombre lo disfrutará: En Génesis 2:1-8, Dios termina la creación y establece el jardín. Este jardín no solo era un lugar de belleza, sino que también era un espacio donde el hombre podía disfrutar de todo lo que Dios había provisto. Aquí vemos un principio clave: Dios es el proveedor de nuestras necesidades. No había nada que Adán necesitara que no fuera proporcionado por Dios. Provisión abundante: Dios provee tanto los recursos naturales como la compañía adecuada. Provisión espiritual: Más allá de lo físico, Dios le dio al hombre una relación directa con Él. Disfrutar de la Provisión en el Centro de Su Voluntad: En Génesis 2:15-18, el hombre comienza a disfrutar de todo lo que Dios le da, pero esto se hace en el marco de Su voluntad perfecta. Mientras Adán y Eva se mantuvieron en la voluntad de Dios, fueron completamente suplidos. 🔥 Solo podemos ser suplidos por Dios cuando estamos en Su voluntad. Cuando caminamos fuera de esa voluntad, debemos luchar y conquistar con nuestro propio esfuerzo, lo que trae fatiga y frustración. Consecuencias de Salir del Centro de Su Voluntad: Cuando el hombre sale de la voluntad de Dios, como sucedió con Adán y Eva en el Jardín, las bendiciones que una vez disfrutaban de manera natural, se ven cortadas. Debemos entonces trabajar por lo que antes era dado por gracia. El hombre fuera de la voluntad de Dios no es suplido de la misma manera. Esfuerzo humano: Aquello que se obtenía con facilidad en el Edén, ahora requiere sudor y esfuerzo. Ver lo que Dios Muestra y Escuchar lo que Él Habla: 🔥 Cuando estamos dentro de la voluntad de Dios, no solo somos suplidos físicamente, sino que también podemos ver y escuchar lo que Dios quiere revelarnos. Como menciona Apocalipsis 2:7, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice… Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida”. Mientras Eva vio el árbol del conocimiento del bien y del mal, Jesús, en cambio, vio el árbol de la vida. Ver a través de los ojos de Dios nos permite entender Su plan y recibir Su provisión completa. Límites y Libertad: 🔥 Dios ha creado al hombre libre, pero con límites. Tal como un pez que necesita el agua para vivir, el hombre necesita a Dios para ser completamente libre. Fuera de los límites que Dios establece, el hombre perece. El pecado nos lleva fuera de esos límites y corta la provisión que Dios ha preparado. Solo a través de Cristo, quien es el camino de regreso a Dios, podemos volver a ser suplidos de manera perfecta. Dios ha preparado todo lo que necesitamos, pero Su provisión se experimenta de manera plena cuando nos mantenemos en el centro de Su voluntad. Cuando caminamos fuera de ese centro, el esfuerzo humano reemplaza la gracia de Dios. Pero gracias a Cristo, el camino de regreso al Padre está abierto para nosotros. Mantengámonos en ese centro, y seremos testigos de Su provisión sobrenatural en todas las áreas de nuestra vida.

en October 2, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema La voluntad de Dios & libros 1 Corintios, 2 Reyes, Eclesiastés, Romanos.

La voluntad de Dios

Todos hemos enfrentado momentos en los que nos preguntamos: “¿Qué quiere Dios de mí?”. Tal vez te has sentido perdido, dudando de tus decisiones o sintiendo que estás atrapado en un ciclo de errores. Hoy, quiero hablarte sobre la importancia de entender la voluntad de Dios en nuestras vidas. La voluntad de Dios en tiempos de crisis “En aquellos días, Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice Jehová: ‘Ordena tu casa, porque vas a morir, y no vivirás.’” Este pasaje nos muestra un momento crítico en la vida de Ezequías. Se le dijo que iba a morir, y en su angustia, clamó a Dios. Dios escuchó su oración y cambió Su voluntad, extendiendo su vida. Esto nos recuerda que la voluntad de Dios no es estática; puede ser influenciada por nuestra fe y nuestras oraciones. En momentos de crisis, es natural sentir miedo y desesperanza. Pero como Ezequías, debemos llevar nuestras preocupaciones ante Dios y confiar en que Él puede cambiar las circunstancias. (2 Reyes 20:1) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…” Aquí vemos que Dios nos invita a transformarnos y a buscar Su voluntad, que es lo mejor para nosotros. (Romanos 12:2) ¿Por qué a veces no entendemos la voluntad de Dios? “Pero el hombre natural no recibe las cosas que son del Espíritu de Dios; porque para él son locura…” Imagínate intentando entender algo complicado sin tener el conocimiento necesario. Así es nuestra relación con Dios a veces. Si estamos desconectados de Su Espíritu, podemos ver Su voluntad como algo confuso o incluso ilógico. Pensemos en una situación de la vida cotidiana. Cuando estás distraído o abrumado por tus preocupaciones, es difícil escuchar la voz de Dios. Muchas veces, nos dejamos llevar por nuestras emociones y nos olvidamos de buscar Su guía.(1 Corintios 2:14) La importancia de vivir en el Espíritu Para entender la voluntad de Dios, necesitamos estar en sintonía con Él. Esto implica dedicar tiempo a la oración, a la lectura de la Biblia y a compartir con otros creyentes. Podemos recordar historias de personajes bíblicos como Abraham, quien confió en Dios cuando se le pidió que dejara su hogar. O Moisés, quien tuvo dudas, pero siguió la voz de Dios y llevó a su pueblo hacia la libertad. Su vida no fue fácil, pero ellos vivieron en comunión con Dios y siguieron Su dirección. Todas las cosas tienen su tiempo “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Hay momentos en la vida que pueden ser desafiantes, donde nos sentimos atrapados o impacientes. Pero recordar que Dios tiene un tiempo perfecto para cada cosa nos ayuda a tener paz. Comparte una experiencia personal sobre esperar la respuesta de Dios en una situación difícil, y cómo al final todo se reveló en el tiempo correcto. (Eclesiastés 3:1-8) La voluntad de Dios tiene niveles  La voluntad de Dios se describe como buena, agradable y perfecta. Buena: Lo que nos beneficia y nos guía en el camino correcto. Agradable: Lo que nos trae alegría y satisfacción en la vida. Perfecta: El gran plan de Dios que abarca nuestras vidas. Puedes ilustrar esto con ejemplos cotidianos. A veces, lo bueno no es lo mismo que lo agradable, y no siempre entendemos lo perfecto hasta que miramos hacia atrás. Hoy, te animo a que busques activamente la voluntad de Dios en tu vida. Pregúntale qué desea para ti y escúchalo. La respuesta puede no ser inmediata, pero el simple acto de buscarlo transforma nuestras vidas. Oremos juntos para que Dios nos abra los ojos y los corazones para entender Su voluntad, y para que nos ayude a vivir en el Espíritu, guiados por Su amor y propósito.

en September 22, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Septiembre mes de la sabiduría & libros 2 Reyes, Génesis, Proverbios.

Caminos de Sabiduría

En nuestra vida diaria, constantemente nos enfrentamos a decisiones que moldean nuestro camino. Dios, en Su infinita sabiduría, nos brinda guía a través de Su Palabra para vivir de manera justa, honesta y diligente. Hoy reflexionaremos en tres pasajes bíblicos que nos muestran diferentes facetas de la sabiduría de Dios en nuestra vida cotidiana. Proverbios 10:4 y 9– Sabiduría en el trabajo y la honestidad “Pobre es el que trabaja con mano negligente, pero la mano de los diligentes enriquece” (Proverbios 10:4). “Quien camina en integridad anda confiado, pero el que pervierte sus caminos será descubierto” (Proverbios 10:9). La sabiduría de Dios nos llama a ser diligentes en todo lo que hacemos. La pereza y la negligencia nos llevan a la pobreza, no solo material, sino espiritual. Dios nos invita a caminar en integridad, porque es en la honestidad que encontramos la paz y la seguridad. Aquellos que buscan atajos o practican el engaño, eventualmente enfrentarán las consecuencias. Génesis 47:12-20 – Sabiduría en tiempos de necesidad Durante una gran hambruna en Egipto, José, lleno de sabiduría y guiado por Dios, toma decisiones estratégicas que no solo salvan a su familia, sino a toda una nación. En tiempos de crisis, la sabiduría de Dios nos enseña a ser previsores, a manejar nuestros recursos con discernimiento y a buscar soluciones que no solo nos beneficien a nosotros, sino a quienes nos rodean. 2 Reyes 7:3-8 – Sabiduría en la toma de riesgos Los cuatro leprosos fuera de Samaria nos enseñan una poderosa lección de fe y sabiduría en la toma de decisiones. Estaban en una situación de vida o muerte, pero tomaron la valiente decisión de avanzar hacia el campamento enemigo, y allí encontraron bendición. Dios nos llama a confiar en Su guía, incluso cuando nuestras circunstancias parecen imposibles. A veces, los caminos de sabiduría implican tomar riesgos con fe, confiando que Dios abrirá puertas donde parece que no las hay. Los caminos de sabiduría que Dios nos revela son claros: la diligencia, la integridad, la prudencia en tiempos difíciles, y el coraje para avanzar con fe. En cada área de nuestra vida, ya sea en el trabajo, la familia o en decisiones complejas, Dios siempre está dispuesto a guiarnos, si estamos dispuestos a seguir Su consejo.    

en September 15, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Septiembre mes de la sabiduría & libros 1 Samuel, Proverbios.

Beneficios de la sabiduría

La sabiduría es una virtud indispensable en la vida de todo creyente. En Proverbios 4:6-26, se nos enseña que la sabiduría trae bendiciones, seguridad y prolonga nuestros días. Esta enseñanza encuentra un poderoso eco en la historia de Abigail, narrada en 1 Samuel 25, donde la sabiduría de una persona evitó un desastre. Hoy veremos cómo la sabiduría nos lleva a experimentar los beneficios de Dios y cómo la falta de ella puede resultar en consecuencias dolorosas. 1. Aumentarán mis días de vida (Proverbios 4:10-13 y 1 Samuel 25:1-3) “Escucha, hijo mío, y acoge mis palabras, y se multiplicarán los años de tu vida” (Proverbios 4:10). En 1 Samuel 25, se narra cómo Abigail, una mujer sabia y prudente, salvó su hogar y a su esposo Nabal de una posible destrucción. Nabal, descrito como un hombre necio y violento, estaba a punto de enfrentarse a la ira de David. Sin embargo, la sabiduría de Abigail evitó la catástrofe. La prudencia y el discernimiento pueden literalmente salvar vidas, como lo hizo en el caso de Abigail. A través de la sabiduría, prolongamos nuestros días al evitar decisiones que nos pongan en riesgo. 2. Tu camino será recto y bendecido (Proverbios 4:18 y 1 Samuel 25:23-31) “La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.” Abigail no solo evitó la destrucción, sino que su sabiduría trajo bendición sobre su vida. Cuando ella interceptó a David y le habló con palabras de sabiduría, lo desvió de cometer un grave error. Su camino fue bendecido porque ella eligió actuar con sensatez y justicia. La sabiduría hace que nuestros caminos sean rectos y llenos de la bendición de Dios. Como la luz de la aurora, la sabiduría nos ilumina y nos guía hacia mejores decisiones y oportunidades. 3. Estaremos seguros (Proverbios 4:23-26 y 1 Samuel 25:32-35) “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). David, agradecido por la intervención de Abigail, reconoce que su sabiduría evitó un gran derramamiento de sangre. Al proteger su corazón y actuar con prudencia, Abigail aseguró la paz y la seguridad para su hogar. La sabiduría nos protege de las consecuencias negativas de decisiones impulsivas, de las heridas emocionales y espirituales, y nos mantiene en el camino seguro que Dios ha trazado para nosotros.   La vida de Abigail es un testimonio poderoso de los beneficios de la sabiduría. Proverbios 4 nos muestra que la sabiduría no solo nos bendice con días prolongados, caminos rectos y seguridad, sino que también nos permite evitar el peligro y guiar a otros por la senda correcta. Que aprendamos de Abigail a ser personas sabias, buscando siempre la dirección de Dios para tomar decisiones que traigan vida y bendición a nosotros y a quienes nos rodean.

1 8 9 10 11 12 30