Sermon'e

en September 1, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Septiembre mes de la sabiduría & libros 1 Samuel, Gálatas, Génesis, Jeremías, Juan.

¿Cómo glorifico a Dios?

Hoy vamos a reflexionar sobre cómo glorificar a Dios, tomando como base el texto de Juan 15:1-8. Jesús, en esta parábola, se describe a sí mismo como la vid verdadera y nos invita a permanecer en Él para dar mucho fruto. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo podemos dar fruto y, por ende, glorificar a Dios en nuestras vidas? Permanecer en Cristo (Juan 15:1-4) Jesús es la vid verdadera, y nosotros somos las ramas. Sin Él, nada podemos hacer. Para glorificar a Dios, lo primero que debemos hacer es permanecer en Cristo. Esto implica una relación continua y activa con Él. No se trata solo de creer, sino de vivir conectados a la fuente de vida que es Cristo. 1 Samuel 1:6-7: La historia de Ana, quien fue provocada por Penina debido a su esterilidad, nos muestra la importancia de la perseverancia en la fe y en la oración. A pesar de su dolor, Ana permaneció en Dios y confió en Él, y finalmente, Dios le dio a Samuel, quien sería un gran profeta. Glorificamos a Dios cuando, en medio de las pruebas, seguimos confiando y permaneciendo en Él. Dar fruto que glorifique a Dios (Juan 15:5-8) El propósito de permanecer en Cristo es dar fruto. Este fruto es el resultado de una vida obediente y transformada por el Espíritu Santo. En Gálatas 5:22, el apóstol Pablo describe el fruto del Espíritu: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza“. Este es el tipo de fruto que glorifica a Dios y demuestra nuestra conexión con Él. Génesis 26:1 y 12: En tiempos de hambre, Isaac decidió obedecer a Dios y no fue a Egipto, sino que se quedó en la tierra que Dios le indicó. Como resultado de su obediencia, Isaac cosechó cien veces más de lo que sembró, lo que fue un testimonio del poder y la fidelidad de Dios. De la misma manera, cuando nuestras vidas producen el fruto del Espíritu, damos testimonio de la grandeza de Dios y le glorificamos. El Proceso de la Santificación (Jeremías 18:2) El proceso de glorificar a Dios no es instantáneo; es un proceso continuo de santificación y transformación, como el trabajo del alfarero con el barro. Jeremías 18:2: Dios le pide a Jeremías que baje a la casa del alfarero. Allí, el alfarero estaba trabajando con el barro, moldeándolo según su voluntad. Así es Dios con nosotros: nos moldea y nos forma para ser vasos útiles para Su gloria. Aceptar este proceso y permitir que Dios nos transforme es otra manera de glorificarlo. Glorificar a Dios es el propósito principal de nuestras vidas. Lo hacemos permaneciendo en Cristo, dando fruto que refleje Su carácter como se describe en Gálatas 5:22, y permitiendo que Él nos moldee a través del proceso de santificación. Como seguidores de Cristo, nuestra meta debe ser siempre honrar a Dios en todo lo que hacemos, sabiendo que, al hacerlo, estamos cumpliendo con el propósito para el cual fuimos creados.

en June 12, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema El amor de Dios al mundo & libros 1 Pedro, 2 Pedro, Efesios, Gálatas, Santiago.

La decadencia de la iglesia

Queridos hermanos y hermanas, hoy quiero hablarles de un tema que es tanto un llamado a la reflexión como a la acción: “La Decadencia de la Iglesia”. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha pasado por épocas de esplendor y también de declive. Hoy, queremos entender cómo podemos prevenir esta decadencia y mantener nuestra fe y comunidad fuertes. Comencemos reflexionando sobre lo que nos dice Pedro en 1 Pedro 1:18-25. Este pasaje nos recuerda que hemos sido redimidos con la preciosa sangre de Cristo, un recordatorio del increíble valor de nuestra salvación. ¿Cuántas veces olvidamos el precio pagado por nuestra redención y vivimos de manera indiferente? La decadencia comienza cuando perdemos de vista este sacrificio y dejamos de vivir en santidad. Es vital que recordemos constantemente el costo de nuestra redención y respondamos con una vida de pureza y obediencia. Pablo también nos ofrece una advertencia poderosa en Gálatas 2:17-18. Aquí, nos insta a no volver a construir lo que una vez destruimos. Si volvemos a nuestros antiguos pecados y errores, nos hacemos transgresores de nuevo. Como iglesia, debemos ser vigilantes y no permitir que las prácticas del pasado nos alejen del camino de Dios. Nuestra fe debe ser activa y siempre en crecimiento, no retrocediendo a los viejos hábitos que nos alejaron de Dios. En Gálatas 3:1, Pablo llama a los gálatas insensatos por haberse desviado de la fe después de haber recibido el Espíritu. Esta es una advertencia para nosotros hoy. La decadencia espiritual puede instalarse cuando dejamos que nuestras mentes y corazones se desvíen de la verdad del Evangelio. Mantenernos firmes en nuestra fe y en la Palabra de Dios es crucial para evitar esta trampa. Pedro, en 2 Pedro 2:20-21, nos habla de la gravedad de caer después de haber conocido la verdad. Dice que es mejor no haber conocido el camino de la justicia que, después de conocerlo, apartarse de él. Este pasaje nos recuerda la seriedad de nuestra responsabilidad como creyentes. No podemos permitirnos ser complacientes. Debemos apoyarnos mutuamente, recordando siempre la seriedad de nuestra fe. Pablo, en Efesios 3:14-19, ora para que los creyentes sean fortalecidos en su interior, arraigados y cimentados en amor, y llenos de la plenitud de Dios. Este es un recordatorio de que la fuerza de la iglesia depende de nuestra profundidad en el amor de Cristo. Solo estando arraigados en su amor podemos resistir las pruebas y tentaciones que buscan debilitarnos. Finalmente, Santiago 1:5 nos anima a pedir sabiduría a Dios, quien la da generosamente. La sabiduría divina es esencial para navegar los desafíos de la vida y evitar la decadencia. Debemos ser humildes y buscar la guía de Dios en todas nuestras decisiones. Queridos hermanos y hermanas, la decadencia de la iglesia no es inevitable. Podemos aprender de las advertencias y enseñanzas de las Escrituras para mantenernos firmes y fieles. Vivamos siempre recordando el precio de nuestra redención, evitando volver a los viejos caminos, y buscando la sabiduría y el amor de Dios en cada paso. Que nuestro caminar diario refleje la gloria y santidad a la que hemos sido llamados. Amén.

en December 28, 2022 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in temas Integridad, Unidad en Dios & libros 1 Corintios, Gálatas, Juan, Mateo, Romanos.

Unidad maravillosa

Aunque el enemigo quiera arrebatarnos el no puede porque somos elegidos de Dios. No te pongas triste cuando el mundo se ponga duro, porque mayor es el que esta con nosotros que es Jesús. Dios no nos va a quitar del mundo si no el nos va a guardar del mal. Aunque no veas nada ningún mal nos va a tocar porque Dios esta con nosotros, el enemigo solo esta esperando que brecha le damos para entrar por eso debemos guardarnos y depositar confianza en Dios. Debemos ser obendientes a nuestro llamado y servir con gozo a nuestro señor. Todos tenemos propósitos y debes preguntarte ¿que has sembrado? para luego cosechar. ¿Quieres una mejor manera de santificarse? es la palabra de Dios, Dios no quiere sacrificios, Dios quiere obediencia. Muchas veces nuestro lugar seguro es estar en las guerras, mientras David estaba en batalla, luchaba y ganaba, pero cuando David descanso vinieron los problemas y dificultades porque bajamos la guardia. El señor nos llamo para ser uno con nosotros. Mateo 23:9 1. Somos uno en Dios: si tenemos el mismo pensamiento nos direccionaremos en la misma visión y la misma palabra nuestra relación con Dios sera uno solo, tenemos que caminar de acuerdo con la palabra. Galatas 3:28 2. Uno en cristo: En Jesucristo no hay raza ni religión, ni pecadores, ni santos, en Jesucristo y para el somos iguales. Romanos 12:5 Así siendo muchos todos somos un cuerpo en Cristo y todos miembros los unos de los otros. Nosotros no podemos burlanos de nuestro hermano caído, nosotros no estamos para juzgar a nuestro hermano porque somos un cuerpo, y si un miembro del cuerpo esta mal todos estan mal. 1 corintios 10:17 Somos uno en Cristo, cuando participamos de la cena del señor, porque participamos todos del pan y el pan es Cristo, su cuerpo por eso somos parte del el, somos una unidad. Efesios 2:18 3. Somos uno con nuestra relación con el espíritu santo. Por el mismo espíritu tenemos entrada al padre. Solo podemos entrar en Dios cuando nacemos del Espíritu. Hechos 2:4 Y todos llenos del espíritu santo el espíritu es uno. nos tornanos uno en espíritu con Dios.

en October 23, 2022 — por .

La necesidad de la salvación

En estos tiempos que preceden ya la venida de Cristo y nuestra nececidad primeramente es buscar la presencia de Dios. Tu puedes entrar a la presencia de Dios, porque Dios no habita en templos, si no en ti mismo. Necesitamos que Jesús nos salve pues ya nacemos condenados desde que Adan Pecó en el cual estamos destituidos de la gloria de Dios. Cuando Adan Pecó, nos destituyo de la gloria de Dios. Ahora Siendo justificados por su gracia redimidos por Cristo Jesús. Debemos morir a nuestra vida, deleites, y voluntades para ser salvos y creer que Jesús es nuestro único y suficiente salvador. La sangre de Jesús nos libra de todas las obras del maligno, por recibir por fe a nuestro salvador Jesucristo.