Sermon'e

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Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema La nueva naturaleza & libros Filipenses, Gálatas, Romanos.

La nueva naturaleza (parte 4)

La nueva naturaleza en Cristo nos invita a vivir como hijos de Dios, herederos de sus promesas, y nos llama a avanzar hacia la madurez espiritual, teniendo nuestras mentes renovadas y nuestros pensamientos puestos en lo que agrada a Dios. Esta vida transformada es un viaje continuo, en el cual, por la gracia de Dios, podemos experimentar la libertad, la paz y la plenitud que Él nos promete.

en October 2, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema La voluntad de Dios & libros 1 Corintios, 2 Reyes, Eclesiastés, Romanos.

La voluntad de Dios

Todos hemos enfrentado momentos en los que nos preguntamos: “¿Qué quiere Dios de mí?”. Tal vez te has sentido perdido, dudando de tus decisiones o sintiendo que estás atrapado en un ciclo de errores. Hoy, quiero hablarte sobre la importancia de entender la voluntad de Dios en nuestras vidas. La voluntad de Dios en tiempos de crisis “En aquellos días, Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice Jehová: ‘Ordena tu casa, porque vas a morir, y no vivirás.’” Este pasaje nos muestra un momento crítico en la vida de Ezequías. Se le dijo que iba a morir, y en su angustia, clamó a Dios. Dios escuchó su oración y cambió Su voluntad, extendiendo su vida. Esto nos recuerda que la voluntad de Dios no es estática; puede ser influenciada por nuestra fe y nuestras oraciones. En momentos de crisis, es natural sentir miedo y desesperanza. Pero como Ezequías, debemos llevar nuestras preocupaciones ante Dios y confiar en que Él puede cambiar las circunstancias. (2 Reyes 20:1) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…” Aquí vemos que Dios nos invita a transformarnos y a buscar Su voluntad, que es lo mejor para nosotros. (Romanos 12:2) ¿Por qué a veces no entendemos la voluntad de Dios? “Pero el hombre natural no recibe las cosas que son del Espíritu de Dios; porque para él son locura…” Imagínate intentando entender algo complicado sin tener el conocimiento necesario. Así es nuestra relación con Dios a veces. Si estamos desconectados de Su Espíritu, podemos ver Su voluntad como algo confuso o incluso ilógico. Pensemos en una situación de la vida cotidiana. Cuando estás distraído o abrumado por tus preocupaciones, es difícil escuchar la voz de Dios. Muchas veces, nos dejamos llevar por nuestras emociones y nos olvidamos de buscar Su guía.(1 Corintios 2:14) La importancia de vivir en el Espíritu Para entender la voluntad de Dios, necesitamos estar en sintonía con Él. Esto implica dedicar tiempo a la oración, a la lectura de la Biblia y a compartir con otros creyentes. Podemos recordar historias de personajes bíblicos como Abraham, quien confió en Dios cuando se le pidió que dejara su hogar. O Moisés, quien tuvo dudas, pero siguió la voz de Dios y llevó a su pueblo hacia la libertad. Su vida no fue fácil, pero ellos vivieron en comunión con Dios y siguieron Su dirección. Todas las cosas tienen su tiempo “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Hay momentos en la vida que pueden ser desafiantes, donde nos sentimos atrapados o impacientes. Pero recordar que Dios tiene un tiempo perfecto para cada cosa nos ayuda a tener paz. Comparte una experiencia personal sobre esperar la respuesta de Dios en una situación difícil, y cómo al final todo se reveló en el tiempo correcto. (Eclesiastés 3:1-8) La voluntad de Dios tiene niveles  La voluntad de Dios se describe como buena, agradable y perfecta. Buena: Lo que nos beneficia y nos guía en el camino correcto. Agradable: Lo que nos trae alegría y satisfacción en la vida. Perfecta: El gran plan de Dios que abarca nuestras vidas. Puedes ilustrar esto con ejemplos cotidianos. A veces, lo bueno no es lo mismo que lo agradable, y no siempre entendemos lo perfecto hasta que miramos hacia atrás. Hoy, te animo a que busques activamente la voluntad de Dios en tu vida. Pregúntale qué desea para ti y escúchalo. La respuesta puede no ser inmediata, pero el simple acto de buscarlo transforma nuestras vidas. Oremos juntos para que Dios nos abra los ojos y los corazones para entender Su voluntad, y para que nos ayude a vivir en el Espíritu, guiados por Su amor y propósito.

en September 4, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Descubriendo la voluntad de Dios & libros Efesios, Juan, Lucas, Mateo, Romanos, Santiago.

Verdades sorprendentes

♥En nuestra vida cotidiana, podemos enfrentar situaciones que desafían nuestras creencias y expectativas. Hoy exploraremos algunas verdades sorprendentes que Jesús reveló a lo largo de su ministerio, las cuales transformaron vidas y continúan haciéndolo. Estas verdades nos llevan a reflexionar profundamente sobre la relación entre Dios y nosotros, y cómo podemos vivir conforme a su propósito. El Conocimiento de Dios es Vida Eterna Texto: Juan 17:3 Jesús, en su oración al Padre, nos revela que la vida eterna consiste en conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien Él envió. Este conocimiento no se refiere solo a un entendimiento intelectual, sino a una relación personal y profunda con Dios. Esta verdad es sorprendente porque muchas veces pensamos que la vida eterna es algo que se obtiene después de la muerte, cuando en realidad comienza ahora, en nuestra comunión diaria con Dios. Estábamos Muertos, Pero Ahora Vivimos Texto: Efesios 2:1 y Lucas 15:23-24 Pablo nos recuerda en Efesios que antes de conocer a Cristo, estábamos espiritualmente muertos en nuestros delitos y pecados. Esta es una realidad que puede ser difícil de aceptar, pero Jesús nos lo ilustra en la parábola del hijo pródigo. El padre dice: “Este mi hijo muerto era, y ha revivido”. La salvación es un milagro de vida, un regreso de la muerte a la vida. La Salvación es un Regalo Inmerecido Texto: Efesios 2:8-9 y Romanos 3:20-26 La gracia es uno de los conceptos más sorprendentes del Evangelio. No podemos ganar nuestra salvación por medio de obras; es un regalo de Dios. Esto va en contra de nuestra tendencia natural a querer ganarnos las cosas por mérito. Pablo enfatiza en Romanos que nadie puede justificarse ante Dios por sus obras; todos hemos pecado y solo somos justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús. El Mayor en el Reino es el Siervo de Todos Texto: Mateo 23:11-12 En un mundo que valora la autoridad y el poder, Jesús nos dice que el mayor en el Reino de los Cielos es el que se humilla y sirve a los demás. Esto desafía las normas culturales y sociales, invitándonos a revaluar nuestras prioridades y nuestro concepto de grandeza. El servicio humilde es lo que realmente nos eleva en el Reino de Dios. La Fe Perseverante es Recompensada Texto: Mateo 15:21-28 En este pasaje, encontramos a una mujer cananea que, a pesar de ser rechazada inicialmente, no cesa en su súplica a Jesús. Su fe perseverante le valió el elogio de Jesús y la sanación de su hija. Esta verdad nos enseña que la fe genuina no se rinde ante las dificultades, sino que persiste, confiando en que Dios responderá a su debido tiempo. Dios Da Gracia a los Humildes Texto: Tiago 4:6-8 Santiago nos recuerda que Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes. Este pasaje nos invita a acercarnos a Dios con humildad, reconociendo nuestra necesidad de Él. Solo al someternos a Dios y resistir al diablo podremos experimentar la cercanía con el Señor y la purificación. Las verdades que hemos explorado hoy no solo nos desafían, sino que también nos transforman. Dios nos llama a vivir una vida sorprendente, llena de su gracia y poder. Al aplicar estas enseñanzas a nuestras vidas, experimentaremos el propósito y la plenitud que solo pueden encontrarse en Él. Sigamos escudriñando las Escrituras y permitiendo que estas verdades cambien nuestras vidas desde lo más profundidad.

en July 31, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Familias que dan frutos & libros 1 Samuel, 3 Juan, Hechos de los apóstoles, Juan, Romanos.

La prosperidad del alma

Nos reunimos para reflexionar sobre un tema que a menudo se pasa por alto en nuestras ocupadas vidas: la prosperidad del alma. En 3 Juan 1:2, el apóstol Juan escribe: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Este versículo nos muestra la importancia de cuidar no solo nuestro bienestar físico y material, sino también nuestro bienestar espiritual. Para profundizar en este tema, consideremos algunas historias bíblicas que nos muestran cómo la prosperidad del alma se manifiesta en la vida de los creyentes. Las tres facultades del alma son la mente, que son las cosas que pensamos, la mente esta muy conectada a la fe, las emociones son lo que sentimos, y la voluntad son las cosas que hacemos. Debemos cuidar nuestra alma ya que el enemigo puede accesar a nosotros mediante el alma, por eso debemos tener prosperidad del alma para que asi desde el pensamiento este cautivo al señor, Cristo y no pueda entrar el enemigo en pensamiento, en voluntades, pero debemos entregarle a Dios todos nuestros pensamientos cautivos. Cuidar el Alma: La Historia de Ana (1 Samuel 1:1-28) En el primer libro de Samuel, encontramos la historia de Ana, una mujer que enfrentó el dolor de la esterilidad. Ana era una mujer piadosa que, a pesar de su sufrimiento, no dejó de buscar a Dios. Su alma estaba afligida, pero su fe y esperanza en el Señor la llevaron a orar fervientemente. Dios escuchó su clamor y le dio un hijo, Samuel. Esta historia nos enseña que la prosperidad del alma no se mide por la ausencia de problemas, sino por nuestra capacidad de mantener la fe y la esperanza en medio de las dificultades. La Prosperidad del Alma y la Generosidad: Cornelio (Hechos 10:1-4) En Hechos 10, encontramos a Cornelio, un centurión romano que era conocido por su devoción a Dios y su generosidad hacia los necesitados. Aunque no era judío, su alma prosperaba porque vivía una vida de obediencia y amor. Dios reconoció su corazón y envió a Pedro para llevarle el mensaje de salvación. La historia de Cornelio nos muestra que una alma próspera es aquella que vive en obediencia a Dios y se preocupa por el bienestar de los demás. Paz en Medio de la Tribulación: Las Palabras de Jesús (Juan 16:33) En Juan 16:33, Jesús nos dice: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Jesús nos promete paz en medio de las tribulaciones. La verdadera prosperidad del alma se manifiesta en la paz que sentimos, sabiendo que, a pesar de las dificultades, Jesús ha vencido al mundo. Esta paz nos permite enfrentar cualquier situación con confianza y serenidad. La Bendición de la Fe: La Familia de Samuel (1 Samuel 2:17-21) Después del nacimiento de Samuel, Ana continuó cumpliendo su promesa de dedicar su hijo al Señor. Su fe no solo llevó a la prosperidad de su alma, sino también a la bendición de su familia. Dios le dio más hijos e hijas, demostrando que la prosperidad del alma a menudo lleva a bendiciones tangibles en nuestras vidas. La fidelidad y el compromiso de Ana con Dios no solo trajeron gozo a su corazón, sino también abundancia a su hogar. La Fidelidad de Dios (Romanos 11:1) En Romanos 11:1, Pablo nos recuerda la fidelidad de Dios hacia su pueblo: “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.” Dios es fiel y nunca nos abandona. La prosperidad del alma se basa en esta verdad fundamental: somos amados y cuidados por un Dios fiel. Al cultivar nuestra relación con Él, experimentamos una prosperidad que trasciende lo material y lo temporal. En hebrero 11:1 nos dice pues la fe es la certeza de lo que se espera, es porque aun no hay nada en lo material, y tener la convicción de lo que no se ve, la fe es tener la convicción de que hay esta lo que no es natural lo saque Dios, porque el justo vivira no por vista, si no por fe. Queridos hermanos y hermanas, que busquemos siempre la prosperidad de nuestras almas, sabiendo que al hacerlo, estamos alineándonos con la voluntad de Dios para nuestras vidas. Que la paz, el amor y la fidelidad de Dios llenen nuestros corazones hoy y siempre. Amén.

en June 9, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema El cuerpo & libros 1 Corintios, Génesis, Romanos.

La condición del hombre

  Hoy en nuestro servicio celebrando la gracia hablamos sobre un tema que toca profundamente nuestras vidas: la condición del hombre. Para ello, tomaremos como base Romanos 5:12, donde Pablo nos explica cómo el pecado y la muerte entraron en el mundo a través de un hombre, Adán, afectándonos a todos. Pero antes de explorar las consecuencias de este acto, es importante recordar cómo comenzó nuestra historia. Dios nos creó a su imagen y semejanza, como se describe en Génesis 1:27. Esto significa que cada uno de nosotros tiene un valor y una dignidad únicos, reflejando atributos  como la racionalidad, la moralidad y la capacidad de amar. Fuimos creados para vivir en una relación íntima con nuestro Creador y para gobernar la creación como Sus representantes. Este propósito original nos da una identidad profunda y un sentido de pertenencia. Sin embargo, la historia no se detiene ahí. La desobediencia de Adán, al comer del fruto prohibido, introdujo el pecado en el mundo, según Romanos 5:12. Este acto de desobediencia tuvo consecuencias devastadoras: la muerte, tanto física como espiritual, se convirtió en una realidad para todos nosotros. La separación de Dios es la mayor tragedia que podemos experimentar, ya que fuimos diseñados para estar en comunión con Él. Pero la historia de la humanidad no termina con la caída. Dios, en Su amor infinito, nos ofrece una oportunidad de redención a través de Jesucristo. En 1 Corintios 11:17-34, encontramos la institución de la Cena del Señor, un recordatorio constante del sacrificio de Cristo que nos libera del poder del pecado y la muerte. Jesús es el segundo Adán, quien trae vida y reconciliación con Dios. En la comunidad de creyentes, vivimos esta nueva naturaleza, compartiendo el pan y el vino como símbolos de nuestra redención y nueva vida en Cristo. La luz de Dios es esencial para nuestra vida, como nos recuerda 1 Juan 1:5: “Dios es luz, y en Él no hay ninguna tiniebla”. Vivir en la luz de Dios implica reconocer nuestras propias tinieblas y necesidad de redención. Al confesar nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad. Este proceso de confesión y purificación nos llama a una vida de arrepentimiento continuo y búsqueda de la santidad. Finalmente, en Hebreos 4:16, se nos invita a acercarnos confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia en el momento que lo necesitamos. A través de Cristo, tenemos acceso directo a Dios, quien nos ofrece Su ayuda en nuestras luchas y desafíos diarios. No estamos solos; Su gracia es suficiente para sostenernos y transformarnos. La condición del hombre, aunque marcada por el pecado, encuentra esperanza y redención en Cristo. Fuimos creados a imagen de Dios, caímos, pero en Cristo tenemos una nueva naturaleza y una relación restaurada con nuestro Creador. Que vivamos en la luz de Su gracia, buscando Su santidad y acercándonos confiadamente a Su trono. Que nuestras vidas reflejen la transformación que solo Dios puede lograr en nosotros.  

en April 21, 2024 — por .

Transformación poderosa 3era etapa

Hermanos, nos reunimos para reflexionar sobre la transformación poderosa que Dios desea obrar en nuestras vidas. A través de las Escrituras, especialmente en los textos que hemos leído en Romanos 12, 1 Timoteo 3 y Efesios 4, el Señor nos muestra cómo podemos cambiar no solo en nuestro interior sino también en cómo interactuamos con otros y cumplimos nuestro llamado en la iglesia y en la sociedad la tercera etapa es cuando ejercemos en el ministerio. 1. La Ofrenda de Nuestros Cuerpos – Romanos 12:1-2 Pablo nos exhorta a ofrecer nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Esto no es un sacrificio muerto, sino uno activo y vibrante, que implica todas nuestras acciones, palabras y pensamientos. La transformación poderosa comienza cuando no nos conformamos a este mundo, sino que somos transformados por la renovación de nuestro entendimiento. Esto nos permite discernir la voluntad de Dios, lo bueno, lo aceptable y lo perfecto. Aplicación Práctica: ¿Cómo podemos vivir esto en la práctica diaria? Comienza con pequeños actos de obediencia, eligiendo lo correcto en lugar de lo fácil, dedicando tiempo a la oración y al estudio de la Palabra para renovar nuestra mente. 2. Vivir en Humildad y Servicio – Romanos 12:3-10 En estos versículos, Pablo habla sobre vivir con humildad y reconocer que somos parte de un cuerpo en Cristo. Cada uno tiene diferentes dones según la gracia que se le ha dado, y debemos usar esos dones para servir a los demás. La transformación poderosa se refleja en un espíritu de generosidad, hospitalidad y amor sincero hacia nuestros hermanos y hermanas. Aplicación Práctica: Podemos preguntarnos: ¿Cómo estoy usando mis dones para edificar a la iglesia? ¿Estoy participando activamente en la vida de mi comunidad? El llamado es a ser proactivos en el amor y en la búsqueda del bienestar del otro. 3. El Carácter de un Líder en la Iglesia – 1 Timoteo 3:1-11 Aquí, Pablo describe las cualidades de los líderes en la iglesia. La lista de requisitos es desafiante: ser intachable, sobrio, prudente, respetable, hospitalario y capaz de enseñar. La transformación poderosa se manifiesta en líderes que no solo predican la palabra, sino que son ejemplos vivientes de ella. Aplicación Práctica: Cada uno de nosotros, en alguna medida, lidera a otros, ya sea en nuestro hogar, trabajo o iglesia. Debemos aspirar a estas cualidades, no para ganar la aprobación de los hombres, sino para ser fieles a nuestro llamado como hijos de Dios. 4. Controlando la Ira – Efesios 4:26-32 Pablo nos recuerda que “Airarse, pero no pecar”. La ira en sí misma no es pecado, pero cómo respondemos a esa ira puede llevarnos al pecado. La transformación poderosa incluye la capacidad de controlar nuestras emociones y responder de manera que edifique a los demás y no dé lugar al diablo. Aplicación Práctica: ¿Cómo manejamos conflictos en nuestras relaciones? ¿Permitimos que la ira se disuelva antes de hablar o actuar? Debemos buscar reconciliación activamente y perdonar como Dios nos ha perdonado. La transformación poderosa no es un evento único, sino un proceso continuo. Cada día, a través de nuestras elecciones y acciones, podemos ser más como Cristo. Estos textos bíblicos no solo nos enseñan cómo vivir, sino que nos equipan para hacerlo de una manera que glorifica a Dios y sirve a los demás. A medida que salimos de aquí hoy, llevemos con nosotros el deseo de ser transformados, de renovar nuestras mentes, de utilizar nuestros dones en servicio y de vivir nuestras vidas como verdaderos reflejos del amor de Cristo. Que Dios nos ayude a vivir esta transformación poderosa cada día de nuestras vidas. Amén.