Sermon'e

en May 11, 2025 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, Días especiales, in tema Mes de la familia & libro Rut.

Mi familia mi misión

Imagina dejar atrás tu país y cultura para seguir a alguien a quien amas. Así fue la decisión de Rut, una moabita que, tras la muerte de su esposo, eligió acompañar a su suegra Noemí y abrazar un nuevo pueblo y fe. Su historia nos enseña que la familia va más allá de la sangre; es un compromiso de amor y fidelidad. ¿Cómo elegimos hoy cuidar a quienes Dios ha puesto a nuestro lado? Descubre cómo convertir “mi familia” en “mi misión” y celebrar el don de pertenecer los unos a otros en cada gesto y acción diaria.

en July 28, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, Especial, in temas el espíritu y el alma, Familias que dan frutos, Mes de la familia & libro Salmos.

Familias bienaventuradas

Vamos a reflexionar sobre un tema fundamental para nuestra vida y nuestra sociedad: la familia. Basaremos nuestra meditación en dos pasajes complementarios: Salmos 127:1-5 y Salmos 128:1-4. Estos versículos nos brindan una visión hermosa y completa de lo que significa ser una familia bienaventurada. 1. El fundamento divino de la familia “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmos 127:1). Este versículo nos recuerda que Dios debe ser el arquitecto y protector de nuestras familias. Sin Su guía y protección, todos nuestros esfuerzos son en vano. Una familia bienaventurada reconoce la necesidad de depender de Dios en todas las áreas de su vida, permitiendo que Él sea el fundamento sobre el cual se construye todo. 2. Temor y obediencia a Dios: La base de la bendición “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos” (Salmos 128:1). El temor a Dios y la obediencia a Sus caminos son esenciales para recibir Sus bendiciones. Este respeto profundo y reverencia hacia Dios se manifiestan en nuestras decisiones y acciones diarias. Una familia bienaventurada pone a Dios en el centro y sigue Sus enseñanzas, asegurándose de estar en el camino de la bendición. 3. El fruto del trabajo: Prosperidad y satisfacción “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien” (Salmos 128:2). Dios promete bendecir el trabajo honesto y diligente. En una familia bienaventurada, cada miembro comprende el valor del esfuerzo y contribuye con su trabajo. Esto no solo trae prosperidad material, sino también una profunda satisfacción y un sentido de logro. Es una bendición disfrutar del fruto de nuestro trabajo, sabiendo que viene de la mano de Dios. 4. La bendición de la familia: Unidad y alegría “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa” (Salmos 128:3). Este versículo pinta una imagen hermosa de una familia unida y fructífera. La esposa es comparada con una vid fructífera, simbolizando alegría y vitalidad. Los hijos, como plantas de olivo, representan paz y estabilidad. En una familia bienaventurada, cada miembro florece en su rol, contribuyendo a una atmósfera de amor y unidad. 5. La herencia de los hijos: Bendición y defensa “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta” (Salmos 127:3-5). Los hijos son una herencia y una bendición de Dios. Son como flechas en manos de un guerrero, representando fuerza y defensa. Un hombre que tiene muchos hijos es bendecido y tiene respaldo y honor en la comunidad. Los hijos no solo traen alegría al hogar, sino que también contribuyen a su fortaleza y estabilidad. 6. La promesa de la bendición generacional “He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová” (Salmos 128:4). El salmista reafirma la promesa de bendición para aquellos que temen al Señor. Esta bendición no solo se experimenta en la vida presente, sino que se extiende a futuras generaciones. Una familia que vive bajo el temor de Dios establece un legado de fe y bendición que impacta a sus descendientes.   En resumen, una familia bienaventurada es aquella que reconoce a Dios como el fundamento y protector de su hogar, vive en temor y obediencia a Sus caminos, valora el trabajo diligente, mantiene la unidad y la alegría, y deja un legado de fe para las futuras generaciones. Reconociendo a los hijos como una herencia de Dios, comprendemos su importancia en la fortaleza y estabilidad del hogar. Que cada uno de nosotros aspire a construir hogares que reflejen estas verdades, confiando en las promesas de Dios y esforzándonos por vivir según Sus caminos. Que Dios nos bendiga a todos y nos ayude a ser familias bienaventuradas. Amén.

en July 28, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas Familias que dan frutos, Mes de la familia & libros Lucas, Mateo, Salmos.

El poder de la familia

Hermanos y hermanas. Hablaremos de algo muy cercano a nuestros corazones: la familia. En la vorágine del día a día, a veces olvidamos el inmenso poder y la bendición que reside en nuestro hogar. En Salmos 128:1-5, encontramos una hermosa descripción de las bendiciones que Dios derrama sobre aquellos que temen al Señor y siguen sus caminos, bendiciones que se reflejan directamente en la vida familiar. I. La Familia como Fuente de Bendición (Salmos 128:1-5) Bendición Personal: “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.” (Salmo 128:1). La bendición comienza con nosotros, individualmente, cuando tememos y obedecemos a Dios. Este temor no es miedo, sino un profundo respeto y amor hacia nuestro Creador. Cuando colocamos a Dios en el centro de nuestras vidas, experimentamos una paz y una alegría que se reflejan en todo lo que hacemos. Bendición en el Trabajo: “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.” (Salmo 128:2). ¿Quién no desea ver fruto en su trabajo? Dios promete que si seguimos sus caminos, veremos prosperidad en nuestros esfuerzos. Esta bendición no es solo material, sino una satisfacción profunda al saber que lo que hacemos tiene propósito y valor. Bendición en el Hogar: “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.” (Salmo 128:3). ¿Alguna vez han observado una vid? Está llena de vida, de fruto, de belleza. Así describe Dios a nuestras familias. Nuestra esposa, nuestros hijos, son regalos preciosos de Dios, llenos de potencial y bendición. Bendición Nacional: “He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida.” (Salmo 128:4-5). La bendición de Dios comienza con el individuo, se extiende a la familia, y luego a la comunidad y la nación. Cuando vivimos conforme a los caminos de Dios, nuestras vidas impactan a otros, creando una ola de bendición que puede transformar sociedades enteras. II. Ejemplos Bíblicos del Poder de la Familia (Lucas 1:5-20) La Familia de Zacarías y Elisabet: En Lucas 1:5-20, encontramos la historia de Zacarías y Elisabet, una pareja que, a pesar de su edad avanzada y la ausencia de hijos, permaneció fiel a Dios. Dios respondió a sus oraciones y les bendijo con un hijo, Juan el Bautista. Esta historia nos recuerda que Dios escucha las oraciones de nuestras familias y actúa en su tiempo perfecto. La Promesa de Dios: El ángel Gabriel le dijo a Zacarías que su oración había sido escuchada. Imaginen la emoción y la incredulidad de Zacarías. Esto nos muestra que no debemos subestimar el poder de la oración familiar. Dios siempre escucha y responde, aunque a veces su respuesta llega en formas y tiempos inesperados. III. La Familia en la Comunidad de Fe (Mateo 18:18-20) El Poder de la Unidad: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:20). La presencia de Dios se manifiesta en la unidad. Cuando nos reunimos en familia para orar, estudiar la Biblia, o simplemente para compartir, Dios está en medio de nosotros. Esta es una promesa poderosa que nos invita a cultivar la unidad y la comunión en nuestros hogares. La Autoridad Espiritual: “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” (Mateo 18:18). Dios nos ha dado autoridad espiritual en nuestras familias. Podemos orar por nuestras necesidades, interceder por otros y ver cómo Dios actúa en respuesta a nuestra fe. Queridos hermanos y hermanas, el poder de la familia es inmenso cuando colocamos a Dios en el centro. La bendición de Dios fluye desde el individuo, a través de la familia, y se extiende a toda la comunidad. Que hoy podamos renovar nuestro compromiso de temer a Dios, de caminar en sus caminos y de cultivar la unidad y la oración en nuestros hogares. Recordemos que nuestras familias son un reflejo del amor y la bendición de Dios. ¡Que el Señor bendiga nuestras familias hoy y siempre!

en July 21, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in temas Familias que dan frutos, Mes de la familia & libros 1 Samuel, Efesios, Génesis.

Hijos, Jóvenes fuertes

Querida comunidad, Hoy vamos a hablar sobre un tema muy importante: nuestros hijos y los jóvenes, y cómo deben ser fuertes en la voluntad de Dios. Vamos a basarnos en el Salmo 128:1-5, que nos habla de la bendición de aquellos que temen al Señor y siguen sus caminos. Tres cualidades de los hijos que están en la voluntad de Dios: 1. Jóvenes fuertes. En 1 Juan 2:12-13, leemos que Juan se dirige a los jóvenes porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ellos. Esto nos enseña que la fuerza de los jóvenes proviene de su relación con Dios y su obediencia a Su palabra. Jesús mismo seleccionó a sus discípulos jóvenes. En Mateo 17:24-27, vemos que sólo Jesús y Pedro pagaban impuestos, lo que indica que los demás discípulos eran menores de 19 años. Jesús eligió a estos jóvenes porque reconocía su fortaleza y potencial. 2. Obedientes. La obediencia es una cualidad fundamental para aquellos que desean estar en la voluntad de Dios. En Efesios 6:1-2, se nos exhorta a obedecer a nuestros padres en el Señor, porque esto es justo y trae bendición. La obediencia no solo honra a nuestros padres, sino que también agrada a Dios y nos mantiene en Su camino. 3. No amar las cosas del mundo. En 1 Juan 2:15-17, se nos advierte sobre el peligro de amar al mundo y las cosas que están en él. Los hijos de Dios deben ser diferentes. Debemos enseñarles a nuestros jóvenes a no dejarse llevar por las cosas del mundo, sino a buscar primero el reino de Dios y Su justicia. Ejemplos bíblicos de la desobediencia y sus consecuencias: En 1 Samuel 2:12, vemos a los hijos de Elí, que eran hombres impíos y no conocían al Señor. Sus malas acciones llevaron a la ira de Dios sobre su familia. En 1 Samuel 2:17, su pecado era grande delante del Señor, porque menospreciaban las ofrendas del Señor. Finalmente, en 1 Samuel 2:22-24, Elí confronta a sus hijos por sus malas acciones, pero ya era demasiado tarde y su destino estaba sellado. Queridos hermanos, es vital que inculquemos en nuestros hijos y jóvenes estas cualidades: ser fuertes en el Señor, obedientes a sus padres y no amar las cosas del mundo. Solo así podrán vivir una vida plena y en la voluntad de Dios. Que Dios les bendiga y guíe en este propósito.

en July 7, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema Mes de la familia & libro Salmos.

Familia que dan frutos

Queridos hermanos y hermanas, hoy vamos a reflexionar sobre un tema muy especial: “Familias que dan frutos.” Nuestro texto base se encuentra en Salmos 128:1-5. Permítanme comenzar leyendo estos versículos: Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida. Imaginen conmigo a una familia subiendo a Jerusalén para las festividades. Cantan este salmo mientras ascienden, con una mezcla de esperanza y alegría. Este salmo es una celebración de las bendiciones que Dios otorga a aquellos que le temen y siguen sus caminos. El primer versículo nos dice: “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.” La palabra “bienaventurado” significa más que simplemente ser feliz. Es una profunda satisfacción y alegría que viene de vivir en reverencia y obediencia a Dios. No se trata de un miedo paralizante, sino de un respeto amoroso y reverencial. Imaginen a un padre amoroso, cuya presencia y guía inspiran tanto amor como respeto. Cuando tememos a Dios y andamos en sus caminos, todo en nuestra vida empieza a alinearse. El trabajo de nuestras manos es bendecido. El versículo 2 nos dice: “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.” Piensen en el gozo que se siente al ver los frutos de nuestro esfuerzo. Dios no solo nos da el privilegio de trabajar, sino también la satisfacción de disfrutar de los frutos de nuestro trabajo. Y ahora, miremos la imagen hermosa que el salmista usa para describir a la familia: “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.” La vid y el olivo son símbolos de prosperidad y bendición en la cultura bíblica. Una esposa que es como una vid fructífera, y niños como plantas de olivo, representan una familia llena de vida y productividad. Estas imágenes nos recuerdan que una familia centrada en Dios es una familia que prospera. No solo en términos materiales, sino en amor, en unidad y en gozo. He visto en muchas familias de nuestra comunidad cómo la dedicación a Dios trae paz y bendiciones inimaginables. El salmo continúa diciendo: “He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida.” La bendición de Dios no se limita a nuestras vidas individuales. Cuando seguimos a Dios, nuestra influencia se extiende a nuestra comunidad y a nuestra nación. Familias fuertes, fundamentadas en el temor de Dios, contribuyen a una sociedad más justa, más compasiva y más próspera. Queridos hermanos, quiero invitarlos a reflexionar sobre la manera en que estamos viviendo nuestras vidas y conduciendo nuestras familias. ¿Estamos temiendo a Dios y andando en sus caminos? ¿Estamos viendo las bendiciones en nuestro trabajo y en nuestras familias? ¿Estamos contribuyendo al bienestar de nuestra comunidad? Les animo a renovar su compromiso con Dios hoy. Pongamos a Dios en el centro de nuestras familias. Oremos juntos, pidiendo a Dios que nos ayude a vivir conforme a su voluntad, para que nuestras familias sean como esa vid fructífera y esos olivos alrededor de nuestra mesa.

en May 10, 2023 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Mes de la familia & .

En Dios tenemos nueva vida y la familia es bendecida

Salir del egipto es salir del mundo y es empezar una nueva vida, una nueva historia. Dios es bueno y esta de brazos abierto, por eso es ahora y es el momento de cambiar, y estar en el camino de Cristo. Cuando logramos salir de Egipto empezamos a conocer a Dios, pero muchas veces caemos y empezamos adorar otros dioses, el dios dinero, el dios de la carne y otras  cosas que no son de Dios, así como el pueblo de Israel se fue de Egipto y empezo adorar un becerro de oro. Lo que el mundo hace borra todo lo que Dios ha hecho en ti, Porque en la tempestad Dios siempre esta hay. Dios bendice la familia y la ordenanza de Dios es llevar a Cristo el cordero de Dios a nuestra casa, nuestro compromiso como familia es traer el cordero y compartirlo con los demás, ya que el cordero es Cristo en nuestras vidas y la de nuestra familia. En Cristo tenemos vida nueva, salvación para no solo nosotros si no para todos, la familia debe reflejar a Cristo para dar buen ejemplo y testimonio vivo que Cristo vive en nosotros. El que da fuerza es Jesús cuando estamos llenos de debilidad, el nos da su mano, nos sana, nos da de su inmenso amor. Jesucristo es el centro y debe ser el centro de nuestra familia.