Querida comunidad,
Hoy vamos a hablar sobre un tema muy importante: nuestros hijos y los jóvenes, y cómo deben ser fuertes en la voluntad de Dios. Vamos a basarnos en el Salmo 128:1-5, que nos habla de la bendición de aquellos que temen al Señor y siguen sus caminos.
Tres cualidades de los hijos que están en la voluntad de Dios:
1. Jóvenes fuertes.
En 1 Juan 2:12-13, leemos que Juan se dirige a los jóvenes porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ellos. Esto nos enseña que la fuerza de los jóvenes proviene de su relación con Dios y su obediencia a Su palabra. Jesús mismo seleccionó a sus discípulos jóvenes. En Mateo 17:24-27, vemos que sólo Jesús y Pedro pagaban impuestos, lo que indica que los demás discípulos eran menores de 19 años. Jesús eligió a estos jóvenes porque reconocía su fortaleza y potencial.
2. Obedientes.
La obediencia es una cualidad fundamental para aquellos que desean estar en la voluntad de Dios. En Efesios 6:1-2, se nos exhorta a obedecer a nuestros padres en el Señor, porque esto es justo y trae bendición. La obediencia no solo honra a nuestros padres, sino que también agrada a Dios y nos mantiene en Su camino.
3. No amar las cosas del mundo.
En 1 Juan 2:15-17, se nos advierte sobre el peligro de amar al mundo y las cosas que están en él. Los hijos de Dios deben ser diferentes. Debemos enseñarles a nuestros jóvenes a no dejarse llevar por las cosas del mundo, sino a buscar primero el reino de Dios y Su justicia.
Ejemplos bíblicos de la desobediencia y sus consecuencias:
En 1 Samuel 2:12, vemos a los hijos de Elí, que eran hombres impíos y no conocían al Señor. Sus malas acciones llevaron a la ira de Dios sobre su familia. En 1 Samuel 2:17, su pecado era grande delante del Señor, porque menospreciaban las ofrendas del Señor. Finalmente, en 1 Samuel 2:22-24, Elí confronta a sus hijos por sus malas acciones, pero ya era demasiado tarde y su destino estaba sellado.
Queridos hermanos, es vital que inculquemos en nuestros hijos y jóvenes estas cualidades: ser fuertes en el Señor, obedientes a sus padres y no amar las cosas del mundo. Solo así podrán vivir una vida plena y en la voluntad de Dios.
Que Dios les bendiga y guíe en este propósito.