Sermon'e

en March 6, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema Descubriendo la voluntad de Dios & libro Hechos de los apóstoles.

Instrumento escogido

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, Hoy nos reunimos bajo el amparo de la palabra de Dios para reflexionar sobre el poder transformador de la gracia de Dios mediante su hijo Jesucristo y el papel que cada uno de nosotros puede desempeñar como instrumentos escogidos por el Señor. En los pasajes de Hechos 9:1-22 y Hechos 22:1-5, encontramos una narrativa impactante sobre la conversión de Saulo, quien más tarde se convertiría en el gran apóstol Pablo. En Hechos 9, vemos a Saulo, un hombre lleno de celo por las tradiciones de sus padres, persiguiendo a los seguidores de Jesús con una furia inquebrantable. Sin embargo, en su camino a Damasco, el Señor lo confronta con una luz celestial que lo deja ciego. En ese momento, Saulo escucha la voz de Jesús, quien le pregunta: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Esta experiencia marca un punto de inflexión en la vida de Saulo, quien, a partir de entonces, se convierte en un ferviente seguidor de Cristo. Hermanos, en este pasaje de la biblia encontramos un poderoso recordatorio de que Dios puede usar a cualquier persona, sin importar su pasado o sus circunstancias, como instrumento para llevar a cabo su obra en el mundo. Así como Saulo fue transformado en Pablo, nosotros también podemos experimentar una transformación radical cuando nos rendimos ante la gracia y el poder de Dios. ¿Cuál es nuestro papel como instrumentos escogidos por el Señor? En primer lugar, debemos estar dispuestos a escuchar la voz de Dios y a obedecer su llamado, así como lo hizo Saulo. También debemos estar dispuestos a dejar atrás nuestras propias agendas y ambiciones, y permitir que Dios dirija nuestras vidas según su voluntad perfecta. Además, debemos estar preparados para enfrentar la oposición y la persecución, sabiendo que el Señor está con nosotros en todo momento. En conclusión, recordemos que cada uno de nosotros ha sido escogido por Dios para ser sus instrumentos en este mundo. Que podamos seguir el ejemplo de Pablo, quien una vez fue un perseguidor de la iglesia, pero fue transformado en un poderoso testigo del evangelio. Que podamos permitir que la luz de Cristo brille a través de nosotros, llevando esperanza y salvación a aquellos que están perdidos en las tinieblas del pecado. Oremos para que el Señor nos capacite y nos fortalezca para cumplir con el llamado que nos ha dado, y para que podamos ser fieles instrumentos de su amor y gracia en este mundo necesitado. Amén.

en March 3, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema El cuerpo & libro Mateo.

La tierra es mi corazón

Hoy nos reunimos para reflexionar sobre la parábola de la semilla y los diferentes tipos de tierra en los que cae. En Mateo 13:1-23, Jesús nos enseña que la semilla del Evangelio puede caer en distintos tipos de corazones, representados por diferentes tipos de tierra. Vamos a explorar qué significa esto para nosotros hoy. La tierra seca cae la semilla y las aves se las comieron. La tierra pedregosa: Hay corazones duros, como la tierra pedregosa, que no permiten que la semilla del Evangelio eche raíces. Estos corazones están llenos de obstáculos que impiden que la Palabra de Dios penetre y dé fruto. Necesitamos examinar nuestros corazones y eliminar cualquier obstáculo que impida el crecimiento espiritual. La tierra espinosa: Otros corazones están llenos de preocupaciones mundanas y el engaño de las riquezas. Estos afanes de la vida sofocan la Palabra, impidiendo su desarrollo y fructificación. Debemos desenredarnos de las preocupaciones mundanas y enfocarnos en lo eterno. La tierra buena: Por otro lado, hay corazones receptivos y dispuestos, como la tierra buena, que permiten que la semilla del Evangelio crezca y dé fruto en abundancia. Estos corazones son humildes, dóciles y abiertos a la Palabra de Dios. Necesitamos cultivar activamente este tipo de corazón, mediante la oración, el estudio de la Palabra y la comunión con Dios. En Isaías 6:9-10, vemos que hay quienes no están dispuestos a entender los misterios del reino de los cielos. Sin embargo, en Lucas 10:23-24, Jesús nos recuerda que somos privilegiados de tener la revelación del Hijo de Dios y su gracia. Por lo tanto, es nuestro deber asegurarnos de que nuestra tierra, nuestro corazón, esté siempre listo para recibir la semilla del Hijo de Dios y su gracia. Por lo tanto, es nuestro deber asegurarnos de que nuestra tierra, nuestro corazón, esté siempre listo para recibir la semilla del Evangelio y dar fruto para la gloria de Dios. Que podamos ser como la tierra buena, receptiva y fértil, donde la Palabra de Dios crezca y dé fruto en abundancia. Amen.  

en February 28, 2024 — por .

El Propósito de Dios no te roba, te bendice.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, Hoy nos reunimos para reflexionar sobre el propósito de Dios en nuestras vidas y entender que, contrario a lo que muchos puedan pensar, el propósito de Dios no nos roba, sino que nos bendice abundantemente.♥ En 2 Crónicas 1:1-13, vemos cómo el rey Salomón buscó la sabiduría de Dios, y como resultado, Dios no solo le concedió sabiduría, sino también riquezas y honor. Esto nos enseña que cuando buscamos el propósito de Dios, Él nos provee más allá de nuestras expectativas. En Mateo 7:7-10, Jesús nos anima a pedir, buscar y llamar a la puerta, confiando en que nuestro Padre celestial nos dará lo que necesitamos. Aquí vemos que Dios está deseoso de bendecirnos, solo necesitamos acercarnos a Él con fe y confianza. Sin embargo, Santiago nos advierte en su carta (Santiago 4:1-3) que a menudo no recibimos lo que deseamos porque buscamos con motivos equivocados. Cuando buscamos nuestro propio beneficio egoísta, estamos lejos del propósito de Dios y, por lo tanto, perdemos la bendición que Él tiene preparada para nosotros. Efesios 2:10 nos recuerda que hemos sido creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. Esto significa que cuando vivimos en línea con el propósito de Dios, experimentamos una vida plena y llena de significado. Finalmente, en Mateo 6:33, Jesús nos dice que busquemos primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas nos serán añadidas. Esto nos asegura que cuando priorizamos el propósito de Dios en nuestras vidas, Él cuidará de todas nuestras necesidades. Hermanos y hermanas, el propósito de Dios para nosotros no es un robo, sino una fuente inagotable de bendición. Que cada uno de nosotros busque fervientemente vivir en el centro de la voluntad de Dios, confiando en que Él nos bendecirá más allá de lo que podamos imaginar. Amén.  

en February 23, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Vigilia, in tema El propósito de nuestra vida & libro Salmos.

La intimidad nos hará más profundo

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, Hoy nos reunimos para reflexionar sobre un tema crucial en nuestra vida espiritual: la intimidad con nuestro Señor Jesucristo. Como nos enseña la Palabra de Dios en Génesis 25:14, “Los secretos no son para cualquiera”, nos revela la importancia de cultivar una relación cercana y profunda con nuestro Creador. En Jeremías 33:3, encontramos una promesa maravillosa: “Las cosas grandes son para los íntimos con Jesús porque los íntimos lo buscan con confianza”. Esta declaración nos muestra que no se trata solo de conocer a Dios superficialmente, sino de sumergirnos en una comunión íntima y confiada con Él. Es en esta intimidad donde encontramos revelaciones, entendimiento y fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida. El Salmo 42:1-2 nos presenta la imagen de alguien sediento por Dios: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”. Aquellos que son íntimos con Jesús no buscan satisfacer sus necesidades en las cosas del mundo, sino que encuentran su refugio y consuelo en la presencia del Señor. Hermanos y hermanas, ¿cuál es nuestra actitud hacia la intimidad con Dios? ¿Estamos buscando conocerlo más profundamente, o estamos contentos con una relación superficial? La intimidad con Jesucristo no es solo para unos pocos privilegiados, sino para todos aquellos que, con corazones abiertos y confiados, buscan acercarse a Él. Cuando nos sumergimos en la intimidad con nuestro Salvador, experimentamos una transformación profunda en nuestras vidas. Nuestros corazones se llenan de paz, nuestra fe se fortalece y encontramos un propósito y dirección claros para nuestro caminar diario. Que hoy, cada uno de nosotros decida buscar esa intimidad con Jesús, dedicando tiempo en oración, meditación en Su Palabra y comunión con Él. Que podamos anhelar más que nunca estar cerca de nuestro Señor, sabiendo que en esa intimidad encontraremos todo lo que necesitamos para vivir una vida plena y abundante en Él. Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca en este camino de intimidad con Jesús. Amén.

en February 21, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Fuertes en la Palabra, in tema El propósito de nuestra vida & libro Génesis.

Imagen y semejanza

Queridos hermanos y hermanas, hoy nos reunimos para reflexionar sobre la magnífica verdad que se revela en las Escrituras, específicamente en los versículos de Génesis 1:26 y Génesis 2:8-9. Estos pasajes nos llevan a contemplar la profundidad de nuestra relación con nuestro Creador y el propósito sublime que Él nos ha otorgado desde el principio de los tiempos. En Génesis 1:26, leemos: “Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Estas palabras nos revelan que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios mismo. ¡Qué asombroso privilegio y responsabilidad! Imaginen, hermanos, cómo sería vivir cada día recordando que llevamos la impronta divina en nuestras vidas. Cada interacción, cada decisión, cada pensamiento reflejando la luz y el amor de nuestro Creador. Esta es nuestra llamada: ser embajadores de la gracia, la verdad y la bondad en un mundo que tanto lo necesita. Pero, ¿Dónde se desarrolla esta relación entre el Creador y su creación? Nos encontramos con la respuesta en Génesis 2:8-9: “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal”. El Jardín del Edén no solo era un lugar físico, sino también un símbolo de comunión íntima con nuestro Creador. Hermanos, así como Adán y Eva fueron llamados a cuidar y cultivar el Edén, nosotros también estamos llamados a cultivar nuestras relaciones con Dios y con nuestros semejantes. El Jardín de la Vida es el corazón mismo de nuestra existencia, donde encontramos la plenitud y el propósito en comunión con Aquel que nos formó. Que cada paso que demos en este jardín de la vida sea guiado por el amor, la sabiduría y la gracia de Dios. Que nuestras vidas reflejen la imagen del Dios vivo y que nuestro andar sea un testimonio vivo de Su amor redentor. Adán y Eva, en su búsqueda de conocimiento y autonomía, tomaron una decisión que desobedecía la voluntad de Dios al comer del fruto prohibido. Aunque tenían el poder de elegir, no podían determinar qué sucedería después de tomar esa decisión. Las consecuencias de su elección fueron graves: fueron expulsados del Jardín del Edén, enfrentaron la separación de Dios y experimentaron el dolor y la dificultad en el mundo exterior. Este relato nos enseña que nuestras acciones tienen repercusiones, y a menudo, las consecuencias de nuestras decisiones pueden ser impredecibles o incluso dolorosas. Por eso es crucial que, al ejercer nuestro libre albedrío, busquemos la guía y la sabiduría de Dios para tomar decisiones que estén alineadas con la voluntad de Dios y que promuevan el bienestar propio y el de los demás. Aunque no podemos evitar todas las consecuencias negativas de nuestras elecciones, podemos confiar en que Dios está con nosotros en todo momento, dispuesto a perdonar, sanar y redimir incluso las situaciones más difíciles. Al igual que Adán y Eva, podemos aprender de nuestras experiencias, arrepentirnos de nuestros errores y buscar una relación restaurada con nuestro Creador. Recordemos siempre que, aunque tengamos la capacidad de elegir, no estamos solos en las consecuencias de nuestras decisiones. Dios está presente en cada paso del camino, listo para guiarnos, fortalecernos y sostenernos, incluso cuando enfrentamos las consecuencias de nuestras acciones. Que nuestra confianza en Él y nuestra dependencia de Su gracia nos guíen en cada elección que hagamos en la vida.

en February 18, 2024 — por .
Este contenido es parte de una serie Celebrando la gracia, in tema El propósito de nuestra vida & libro Marcos.

El nivel de entrega es muy alto

Texto Base: Marcos 12:41 “Y estando Jesús sentado frente al arca de las ofrendas, observaba cómo la multitud echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.” Hoy, en este pasaje de Marcos, encontramos una lección profunda sobre el significado y la medida de la entrega. Jesús, en su sabiduría, observaba cómo la gente contribuía al arca de las ofrendas. Pero lo que realmente llamó su atención no fue la cantidad que la gente rica estaba echando, sino la entrega sincera de una viuda. 1. La Entrega Total de la Viuda La viuda, en su aparente insignificancia financiera, entregó todo lo que tenía, dos pequeñas monedas. No era una gran suma de dinero, no era un gesto ostentoso, pero era una entrega total. La viuda no se aferraba a nada, confiaba plenamente en Dios para su provisión, incluso cuando eso significaba sacrificar lo poco que tenía. 2. El Contraste de la Generosidad En contraste, los ricos echaban mucho, pero su entrega estaba acompañada de abundancia. Para algunos, su generosidad era meramente superficial, una demostración de su riqueza más que un sacrificio verdadero. Pero la viuda nos enseña que la verdadera entrega va más allá de la cantidad; se trata de la actitud del corazón y la confianza en la providencia divina. Hoy, se nos llama a examinar el nivel de entrega en nuestras vidas. ¿Estamos aferrándonos a algo que deberíamos entregar completamente a Dios? ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra comodidad, nuestra seguridad y nuestras posesiones por amor a Él y a los demás? Recordemos las palabras de Jesús: “En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos los que han echado en el arca” (Marcos 12:43). Que nuestra entrega refleje nuestra devoción y confianza en Aquel que nos ha dado todo. Amén.      

1 17 18 19 20 21 31