Texto Base: Marcos 12:41
“Y estando Jesús sentado frente al arca de las ofrendas, observaba cómo la multitud echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.”
Hoy, en este pasaje de Marcos, encontramos una lección profunda sobre el significado y la medida de la entrega. Jesús, en su sabiduría, observaba cómo la gente contribuía al arca de las ofrendas. Pero lo que realmente llamó su atención no fue la cantidad que la gente rica estaba echando, sino la entrega sincera de una viuda.
La viuda, en su aparente insignificancia financiera, entregó todo lo que tenía, dos pequeñas monedas. No era una gran suma de dinero, no era un gesto ostentoso, pero era una entrega total. La viuda no se aferraba a nada, confiaba plenamente en Dios para su provisión, incluso cuando eso significaba sacrificar lo poco que tenía.
En contraste, los ricos echaban mucho, pero su entrega estaba acompañada de abundancia. Para algunos, su generosidad era meramente superficial, una demostración de su riqueza más que un sacrificio verdadero. Pero la viuda nos enseña que la verdadera entrega va más allá de la cantidad; se trata de la actitud del corazón y la confianza en la providencia divina.
Hoy, se nos llama a examinar el nivel de entrega en nuestras vidas. ¿Estamos aferrándonos a algo que deberíamos entregar completamente a Dios? ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra comodidad, nuestra seguridad y nuestras posesiones por amor a Él y a los demás? Recordemos las palabras de Jesús: “En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos los que han echado en el arca” (Marcos 12:43). Que nuestra entrega refleje nuestra devoción y confianza en Aquel que nos ha dado todo. Amén.